La izquierda y la clase media
Los últimos debates provocados por proyectos como Aula Segura, Inmigración y Admisión Justa, han tensionado a la oposición al punto de estar al borde de fracasar su acuerdo por la mesa de la Cámara de Diputados. El asunto tiene que ver con la tracción que le provoca a muchos de sus parlamentarios el electorado de clase media. Es que la izquierda tiene un problema grave con este grupo mayoritario: ellos son constitutivamente contrarios a sus postulados esenciales. Veamos por qué.
Es un sector socioeconómico con tres características fundamentales: primero, se trata de personas que abandonaron la pobreza, en algún momento ellos o sus antepasados cercanos estuvieron allí y, por lo tanto, creen en la movilidad social, la han experimentado por lo que, sobre todas las cosas de la vida, quieren seguir ascendiendo. Es que la izquierda necesita un mundo binario de ricos y pobres, estos burgueses aspiracionales del medio les rompen su modelo.
Segundo, el mercado les gusta más que “el pan con chancho” – perdón por lo folclórico- y aunque eso no significa que se identifiquen con su dimensión financiera, a la clase media le gustan las comodidades y los signos de estatus que el consumo provee. Sabe perfectamente, además, que eso solo se produce y se reparte en el mercado. Por eso, cuando la Presidenta Bachelet eliminó el copago sus parlamentarios se encontraron, muchos de ellos con horror, con una defensa enorme de eso que ellos llaman con desprecio “el mercado en la educación”.
Tercero, creen en el mérito, es más necesitan creer que esa combinación de talento y esfuerzo produce resultados, porque la alternativa sería confiar en unos cambios de estructuras sociales que no han funcionado nunca, en ninguna parte. La diferencia con la izquierda es sutil, pero profunda. Mientras la izquierda no cree realmente en él, porque le atribuye a los factores medioambientales un valor determinante y quiere eliminar progresivamente los mecanismos de asignación de oportunidades basados en él, la clase media quiere una sociedad en que sí se pueda avanzar en función de él y critica nuestra sociedad por ser poco meritocrática. Es verdad que la izquierda y la clase media demandan cambios, pero la primera es para eliminarlo, la segunda es para que funcione de verdad.
Entonces, ¿la derecha tiene ganada la clase media? No. La centroizquierda moderada, que también cree en el mercado, compite muy bien por su adhesión, pero hoy día ellos van atrás del discurso frente amplista, están pagando ese costo y por eso se rebelan. Pero, también, mientras la derecha sea percibida como la expresión política de una elite social endogámica y clasista, tampoco llegará a conquistar su adhesión permanente.