El VAR define el derbi
El Madrid vence al Atlético en un partido cargado de polémicas e intervenciones del videoarbitraje.
En el derbi madrileño el protagonista fue el equívoco VAR. O mejor dicho, aquellos que lo manejan. Opacaron el asalto del Real Madrid a la casa del Atlético por 1-3, el golazo de tijera de Casemniro, y la cólera colchonera contra Thibaut Courtois, a quien le lanzaron ratas de peluche al inicio del partido.
En la retina quedan las imágenes de un árbitro incapaz de acercarse ni una sola vez a la pantalla dispuesta en el campo para observar las jugadas polémicas. El Madrid ya se había puesto en ventaja con un golazo de Ca- semiro justo cuando el cuadro de Diego Simeone dominaba en juego y presión. En una escapada, Ángel Correa le comete falta a Vinicius y deja solo a Griezmann, que define con clase ante Courtois. Pero la jugada se revisa. Y no por la infracción, sino por un supuesto fuera de juego. Al ser inexistente, se valida el gol.
El empate devolvió a los rojiblancos al partido. O al menos hasta que al binomio Vinicus-Benzema lo permitió. La banda izquierda fue la juguetería personal del joven brasileño, que con sus escapadas provocó el penal para el 1-2. ¿El problema? La falta sucedió fuera del área. El VAR intervino y Javier Estrada, otra vez, no vio por sí mismo la jugada. Sergio Ramos celebró para el Madrid.
En el segundo tiempo la intensidad le cedió su lugar al desorden, a las faltas y a las tarjetas. Se anuló un gol de Morata por fuera de juego al límite — con videoasistencia—, y Bale, con categoría, finiquitó el partido a falta de 15’. De paso, provocó a la afición local haciendo un corte de mangas. El Madrid revive y se pone a cinco del Barcelona, que juega hoy.