CHILE Y VENEZUELA
SEÑOR DIRECTOR
Para que Chile defina una posición útil ante a la crisis de Venezuela, es necesario que el gobierno sepa distinguir dos etapas: la salida de Maduro y la constitución de un gobierno de transición. Maduro es como Pinochet, debe irse para comenzar una transición. Es preciso concentrar la máxima fuerza política nacional e internacional. Hasta aquí hay acuerdo amplio. Sin embargo, la explicitación de los pasos posteriores a la salida son esenciales para apurar esa salida, pues las dos etapas están interrelacionadas.
Las transiciones suelen otorgar cierta garantía a los que deben irse, para que no se encierren en una resistencia fatal. Es lo que ha hecho Guaidó y la Asamblea Nacional, al proponer una amnistía. Si las transiciones son pactadas o negociadas, ¿cómo concordar los aspectos básicos? Los venezolanos desconfían de un diálogo, pues han sido reiteradamente engañados. Sin embargo, alguna forma de conversación es indispensable. Allí es donde países como el nuestro puede ayudar, y por ello creo que Chile no debe excluirse de la iniciativa de la Unión Europea de crear un grupo de contacto. Y también debe contribuir a establecer conversaciones con México y Uruguay para la unidad de los países latinoamericanos. Los militares entenderán que existe un camino alternativo para salvar a su patria.
En cuanto al rol de los organismos internacionales, en particular, de las Naciones Unidas, sería útil que el Secretario General Guterres encomiende a la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, a emitir un informe al día, de la situación de derechos humanos, civiles, políticos, económicos y, en particular, de la crisis humanitaria, la falta de alimentos y de medicamentos, para entregar una opinión objetiva a todos los países.
Maduro está en su etapa terminal. Los nuevos equipos venezolanos son de alta calidad, técnica y política; saben que deben articular apoyos, reducir la polarización, el odio y el miedo. Las fuerzas democráticas pueden conducir hacia un futuro mejor, convivir y superar el drama. Los latinoamericanos debemos estar unidos para apoyar ese nuevo camino, y el gobierno de Chile debe actuar con firmeza, pero con inteligencia.
Sergio Bitar
Miembro (senior fellow) del Inter American Dialogue (Washington)