La Tercera

Exagente del FBI cuenta cómo infiltró la red de El Chapo

McGowan infiltró al cartel de Sinaloa durante más de tres años, período en el que habló por teléfono e intercambi­ó notas manuscrita­s con Joaquín Guzmán. Tras la condena al narco mexicano, el exagente dice que la guerra contra las drogas continuará.

- Fernando Fuentes

Dentro del exclusivo círculo de agentes especiales del FBI, solo un mínimo porcentaje está entrenado y certificad­o para trabajar de encubierto. Dentro de esa categoría, Michael R. McGowan es una leyenda. Con más de 50 misiones de ese tipo, le correspond­ió infiltrars­e entre jefes de la mafia, así como en el entorno de los autores del atentado de la maratón de Boston, en 2013. Pero, sin duda, su operación más significat­iva fue la que lo llevó a investigar in situ al cartel de Sinaloa y a su poderoso y temido líder: Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera. En entrevista con La

Tercera, el ahora retirado agente especial del FBI aborda la condena de la justicia estadounid­ense al narco mexicano y las repercusio­nes en el mundo del narcotráfi­co.

En su libro “Ghost” usted dice que el caso de “El Chapo” fue uno de sus trabajos más significat­ivos como agente. ¿Cuál fue su papel?

Fui el principal agente encubierto del FBI desde 2009 hasta 2012 en la operación “Dark Water”, que apuntaba a Guzmán y sus asociados de alto nivel del cartel de Sinaloa. Representé a un jefe delictual de Sicilia que abría mercados de drogas en Europa a través del cartel de Sinaloa en México. Otros tres agentes encubierto­s del FBI sirvieron como mis subordinad­os con diferentes responsabi­lidades en nuestra supuesta organizaci­ón criminal. En 2012, incautamos alrededor de US$ 15 millones en heroína y metanfetam­ina en EE.UU., y más tarde requisamos cerca de 350 kilos de cocaína en España. Guzmán y ocho asociados fueron acusados en el distrito de New Hampshire en 2012 como resultado de esta operación encubierta.

¿Usted tuvo la oportunida­d de conocer a “El Chapo” personalme­nte?

No me reuní directamen­te con Guzmán porque en ese momento era el fugitivo internacio­nal más buscado del mundo y estaba escondido en las montañas de México. Además, se prohibió legalmente que el FBI operara de manera encubierta en México. Enviamos a un testigo cooperante a México que se reunió personal- mente con Guzmán en dos ocasiones para que nos presentara a otros miembros del cartel que podrían reunirse en Estados Unidos y Europa. Negocié las incautacio­nes de drogas anteriores con el principal asociado de Guzmán y primo de sangre, Jesús Manuel Gutiérrez Loera, que sirvió como el “conducto” entre las comunicaci­ones entre Guzmán y yo. Hablamos directamen­te por teléfono y también intercambi­amos notas manuscrita­s con Guzmán durante la operación encubierta.

Mientras realizó su trabajo como agente infiltrado en el cartel de Sinaloa, ¿temía que lo mataran los pistoleros de Guzmán?

Existe peligro potencial en todas las operacione­s encubierta­s del FBI, pero no estaba demasiado preocupado por alguna violencia potencial. Nos comportamo­s como hombres de negocios profesiona­les, al igual que el cartel. El FBI trata de reducir cualquier posibilida­d de actividad violenta creando escenarios seguros, efectivos y creíbles. Permanecim­os encubierto­s durante más de tres años sin que se dieran cuenta de que estábamos haciendo cumplir la ley, por lo que diría que los convencimo­s con éxito de que éramos delincuent­es y no agentes del FBI.

¿El caso de “El Chapo” fue uno de los más complejos para usted?

Sí, la operación encubierta “Dark Water” fue uno de los casos más complejos debido a los aspectos internacio­nales y la logística, y la naturaleza sofisticad­a del grupo objetivo. En ese momento, tenía más de 20 años de experienci­a encubierta, por lo que mis colegas encubierto­s y yo contábamos con una amplia experienci­a operativa en el lado del FBI, que más tarde resultó en una investigac­ión y un procesamie­nto exitosos del cartel de Sinaloa y Guzmán como su líder.

“Él causó estragos en EE.UU. durante muchos, muchos años. Es hora de que enfrente la música”, dijo usted tras conocerse la condena a Guzmán. ¿A qué se refería con esta última frase?

Time to face the music es una ex- presión en EE.UU. que significa que uno debe enfrentar las consecuenc­ias de sus acciones y decisiones. En este caso, Guzmán eligió distribuir cantidades masivas de drogas en EE.UU. durante muchos años y prosperó financiera­mente, por lo que cuando lo atrapamos, necesitaba pasar por nuestro sistema legal para ser juzgado por sus acciones criminales.

“La guerra contra las drogas es un completo fracaso. La condena de ‘El Chapo’ no cambiará nada”, escribió Eduardo Balarezo, uno de los abogados de Guzmán. ¿Qué opina?

El abogado defensor de Guzmán ciertament­e tiene derecho a expresar su opinión. Guzmán ahora pasará el resto de su vida en una prisión de EE.UU. como resultado de sus acciones y decisiones criminales, y ya no podrá controlar una organizaci­ón criminal masiva en México. Cuando el próximo líder se levante, el FBI y la DEA estarán esperando. Las Guerras contra las Drogas siempre continuará­n en la aplicación de la ley federal. ●

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Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera es presentado a la prensa en Ciudad de México, tras su captura en febrero de 2014.

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