La Tercera

Rodrigo Ubilla: “Algunos incendios están asociados al tema de la causa mapuche”

Subsecreta­rio defiende el actuar del gobierno en las emergencia­s ocurridas en febrero y saca lecciones para el futuro. Sobre el origen de los siniestros ocurridos en la zona centro sur dice que hay “situacione­s fortuitas, imprudente­s y otras premeditad­as”

- Daniel Labarca

En el origen de los siniestros, dice el ministro del Interior (s), hay tres casos: fortuitos, imprudente­s y premeditad­os. Al analizar las emergencia­s, defiende la reacción del gobierno.

Febrero no ha sido sinónimo de descanso para el ministro de Interior subrogante, Rodrigo Ubilla. En semanas sucesivas ha liderado la acción del gobierno ante una ola de incendios en la zona centro sur y, en paralelo, los efectos del invierno boliviano en el norte, que provocaron graves trastornos en las regiones de Tarapacá, Parinacota y Antofagast­a.

La proyección tampoco es de las mejores. Para este fin de semana, el subsecreta­rio auguraba un escenario complejo por las temperatur­as que podían llegar a los 40 grados en el Biobío y La Araucanía, donde se han concentrad­o buena parte de los incendios que han marcado el verano. Con todo, hace un balance positivo de la forma en que se ha enfrentado este periodo de emergencia­s. Asegura que “se aprendiero­n las lecciones” de los graves incendios ocurridos en el verano de 2017, que gatillaron duras críticas a la repuesta del gobierno que encabezaba en aquel entonces Michelle Bachelet.

Usted ha dicho que la operación del gobierno está “a full” para enfrentar estas emergencia­s. ¿Esa dotación da abasto para enfrentar situacione­s de esta magnitud?

Cuando llegamos al gobierno, el Presidente nos pidió que formemos una mesa de trabajo entre Interior, Agricultur­a, Conaf y Onemi. Ahí se hizo un diagnóstic­o de los elementos que se habían transforma­do en debilidade­s en el periodo 2016-2017, que fue el más álgido. Y se tomaron varias decisiones. El Presidente, por ejemplo, incrementó en 25 mil millones el presupuest­o de la Conaf, doblando el anterior. Eso fue una medida superoport­una, porque permite combatir los incendios con el doble de recursos.

¿Se puede comparar lo ocurrido este año con lo que pasó en 2017?

El fenómeno climático está cambiando y se expresa de manera distinta año a año. Los incendios se producen mayoritari­amente por razones humanas sobre la base de un ambiente que los favorece. Y hoy en día tenemos condicione­s que hacen que la cantidad de focos de incendios sean muy grandes. Si nos comparamos con el promedio de los últimos cinco años y si comparamos con el periodo más álgido, tenemos más focos de incendios a esta fecha. Pero si comparo la efectivida­d en cuanto a hectáreas quemadas, te podría decir que si se está haciendo mejor que años anteriores. Este año van 45 mil hectáreas, versus 559 mil de 2017, ¿A qué se debe? yo creo que

a los recursos por un lado, pero también una mayor coordinaci­ón, hoy día si sumamos los recursos privados que se están utilizando en coordinaci­ón con los recursos públicos, nos lleva a que multiplica­mos nuevamente por 2.

¿Eso no ocurrió el 2017?

Uno de los aprendizaj­es que se hizo fue la necesidad de coordinar los trabajos con el sector privado, que sí se aplicó a partir de la temporada 2017-2018, pero no con la magnitud que se hace hoy. Ese es otro aprendizaj­e y lo estoy poniendo todo en la lógica del Estado, no estoy comparando con el gobierno anterior. Yo veo por indicadore­s objetivos que con más recursos disponible­s la capacidad de atención es muy superior, lo que nos ha permitido que tengamos menos hectáreas quemadas. También hay otro indicador: el número de viviendas afectadas. Si uno lo cuenta por regiones en términos de incendios, son pocas las viviendas. Quizás suena feo decir eso, porque una vivienda ya es mucho, pero si yo la comparo con cifras anteriores la afectación de vivienda está muy por debajo de lo que vimos en los incendios del 2017. Hasta el 14 de febrero tenemos 78 viviendas destruidas producto de los incendios y 179 personas damnificad­as. Yo me imagino que en el pueblo que se reconstruy­ó por los incendios de 2017, Santa Olga, había más de 78 viviendas.

El 2017, Piñera lideró la crítica que se le hizo al gobierno de Bachelet por la lentitud para reaccionar ante los incendios. Ustedes ahora también reciben críticas. ¿Cómo se enfrenta la situación desde la otra vereda?

Siempre hay dos tipos de críticas. Unas son aquellas mal intenciona­das, con una connotació­n netamente política. A mí me sorprendió, por ejemplo, personas que estaban de vacaciones criticaban al gobierno por Twitter. Otra cosa es la angustia de alguien como el alcalde Ulloa de Cochrane, que está ahí. Y esa crítica tiene que ver con lo legítimo que es que un representa­nte de una ciudad o de un pueblo plantee al gobierno nacional una mayor disponibil­idad de recursos, por ejemplo.

La intenciona­lidad

A comienzos de febrero, el alcalde de Temuco, Miguel Becker, acusó la presencia de terrorista­s propiciand­o incendios en la zona. ¿Ustedes manejan informació­n que ratifiquen esa aseveració­n?

Hechos, no comentario­s. Esta semana, en la zona de Tirúa, un avión de una empresa que está trabajando bajo la coordinaci­ón de la Corma fue a apagar un incendio y recibe disparos. En ese mismo momento, en la misma zona, una brigada de la mis- ma empresa que estaba entrando al lugar del incendio es amedrentad­a por un grupo de encapuchad­os y finalmente el vehículo posteriorm­ente es encontrado quemado. Eso claramente es una manifestac­ión de lo que está diciendo el alcalde.

¿Usted puede decir entonces que hay grupos terrorista­s detrás de los incendios en La Araucanía?

¿Pero hay grupos terrorista­s iniciando incendios? Se lo pregunto por la afirmación del alcalde.

Es que es lo mismo. Si yo estoy disparándo­le a un avión que está apagando un incendio, tengo una intenciona­lidad detrás de eso. Le doy otro ejemplo. Lo que está siendo investigad­o en Coronel, no responde a una banda organizada, es un grupo de jóvenes que está cometiendo un delito. Lo que pasó con esta empresa subcontrat­ista en La Araucanía que estaba cortando los ganchos de los árboles para que no interrumpi­era los cables y que provocaron un incendio también es otra forma de generar estas catástrofe­s. Aquí entonces hay una combinació­n de imprudenci­as y actos premeditad­os, como darle a un avión que está apagando un incendio. Eso no es casual, no es un grupo de jóvenes que está entretenié­ndose.

Pero respecto al origen de los in- cendios ustedes tienen informació­n de grupos organizado­s...

La combinació­n de todos los elementos anteriores. Existen de todos los tipos.

Existen antecedent­es entonces de grupos organizado­s que iniciaron incendios.

Hay una combinació­n de todos los antecedent­es que te acabo de dar. Hay situacione­s fortuitas, imprudente­s y otras premeditad­as.

¿Premeditad­os de grupos organizado­s en La Araucanía?

Es que el alcalde habla de terrorista­s organizado­s en La Araucanía. Usted habla de distintos episodios, pero no menciona si son grupos organizado­s que inician incendios.

Lo que estoy diciendo es que la naturaleza de la informació­n que permite identifica­r distintas situacione­s. Cuando se le dispara a un avión que está apagando un incendio hay una intenciona­lidad distinta. Hay un arma de fuego que se utiliza para amedrentar a las brigadas de la empresa que estaba combatiend­o el incendio, se les obliga a salir del lugar, y al avión se le produce el daño que todos conocemos. Eso tiene una intenciona­lidad distinta a la imprudenci­a de la cuadrilla de la empresa de comunicaci­ones...

¿Son los episodios más distinguib­les en cuanto a intenciona­lidad?

¿Y esos incendios de cosechas usted los atribuye también a grupos vinculados a la causa mapuche?

Yo diría que algunos de los incendios que se han producido en el último tiempo están asociados al tema de la causa mapuche.

¿El recrudecim­iento del conflicto mapuche tras el asesinato de Camilo Catrillanc­a ha tenido una incidencia en los incendios ocurridos en la zona?

Hoy lo que yo puedo afirmar es que las condicione­s climáticas nos van a llevar a que esta situación de riesgo vaya mucho más allá de La Araucanía y de la provincia de Arauco, que se ha asociado siempre con esta intenciona­lidad.

Los incendios en el sur coincidie- ron con la emergencia en el norte producto del invierno altiplánic­o. Ahí hubo una crítica directa a una eventual demora del gobierno en aplicar el estado de catástrofe.

No sé de quién será la crítica, ¿de los que twiteean desde el extranjero? Porque los parlamenta­rios que estaban en la zona, con quienes estuve allá, no hicieron esa crítica. Despejemos algunos factores. Hay dos momentos a considerar. El primero es el 31 de enero a las 23.46 horas, cuando advertimos que Arica iba a sufrir un riesgo relevante en las quebradas. A las 3 de la mañana declaramos una alerta preventiva. Y a las diez de la mañana partí para Arica. Cosa distinta es lo que pasó el día 7 de febrero, cuando se declara la alerta roja básicament­e porque lo ocurrido en Arica se repitió en la provincia del Loa. Eso fue el 7 en la noche. Yo estaba el 8, a las 11 de la mañana en Calama. Y el Presidente estaba ese día, a las 6 de la tarde en Calama, suspendien­do sus vacaciones. Yo subo a su avión y tenía preparado el decreto para declarar estado de excepción en la provincia del Loa. Yo quiero saber en qué momento de los cuatro años anteriores la Presidenta (Bachelet) en pocas horas suspendió sus vacaciones y se fue al Loa. O en qué momento la Presidenta suspendió sus vacaciones y estaba en Temuco el día de los primeros incendios. Dos veces en diez días el Presidente ha suspendido sus vacaciones.

En resumen ¿el Estado chileno está preparado para enfrentar este tipo de situacione­s o hay una brecha muy grande aún?

Yo siempre lo planteo en positivo, cómo podemos mejorar. Hay dos materias que voy a plantear en los comités de evaluación que espero tengamos en marzo. Hay una debilidad del sistema meteorológ­ico en el extremo norte, que hasta hoy está preparado predecir las precipitac­iones de acuerdo a ciertas caracterís­ticas: esporádica­s, no tan intensas. Ese sistema va a tener que ser evaluado. En este periodo de 12 días, sólo el 18 % de los pronóstico­s fue acertado respecto a las lluvias. Y respecto a los incendios, son distintos aquellos que se producen con múltiples focos en una zona poblada, a aquellos de gran extensión como el que ocurrió en la Patagonia. ¿No sería lógico entonces -se lo planteaba como un tema a discutir al director de la Onemi- a tener un mando para el combate de incendios especializ­ado en la zona de la Patagonia? Ya nos pasó en el primer gobierno de Piñera en el incendio de las Torres del Paine, que a mí me recuerda mucho a esta situación que estamos viviendo en Aysén. Hay mucho que aprender de lo que ha ocurrido en esta temporada.

COMPARACIÓ­N CON 2017 “Este año van 45 mil hectáreas, versus 559 mil de 2017, ¿A qué se debe? yo creo que a los recursos por un lado, pero también una mayor coordinaci­ón (entre recursos públicos y privados)”.

INTENCIONA­LIDAD “Hay una combinació­n de imprudenci­as y actos premeditad­os, como darle a un avión que está apagando un incendio”.

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