Extranjeros en Chile
El Ministerio de Interior, en conjunto con el INE, dieron a conocer que el número de extranjeros residiendo en Chile alcanzó afines del año pasado- un total de 1.251.225 personas, representando el 6,6% de la población total de Chile. Este nuevo catastro -que fue el producto de sistematizar información dispersa en distintas reparticiones públicas- representa un incremento significativo respecto de los datos que había arrojado el último Censo, que cifraban a los extranjeros en poco más de 700 mil. Conforme los nuevos datos, Chile sorpresivamente pasó a estar entre los países de la región con mayor proporción de extranjeros, honrando su tradición de acogida a la inmigración.
En este nuevo mapa demográfico, la colonia venezolana ha pasado a ser la más numerosa (288 mil personas), seguida de peruanos (223 mil) y haitianos (179 mil). En el fenómeno probablemente han incidido las crisis sociales y políticas que afectan a Venezuela y Haití, que han obligado a masivos desplazamientos. El que Chile haya sido escogido como lugar de destino habla bien de la solvencia y estabilidad de nuestro país, lo que hace prever que los flujos seguirán aumentando.
Para nuestro país, estas cifras suponen oportunidades y, a la vez, desafíos para las políticas públicas. Por de pronto, una proporción importante de los extranjeros corresponde a población joven, lo que ha renovado nuestra fuerza de trabajo. Pero además de la dimensión económica, también resulta especialmente virtuoso el fenómeno de la multiculturalidad, por constituir un valor positivo para la sociedad.
Pero en la medida que más personas eligen a Chile para vivir, también supone una presión sobre los sistemas de salud y educacional, además de habitacional. De allí la importancia de contar con una política migratoria moderna, que a la vez de estar abierta al mundo, sea capaz de ordenar los flujos en función de las posibilidades del país, facilite la integración -es indispensable que los trámites para obtención de visas y validación de títulos profesionales se agilicen- y sea estricta en hacer cumplir las reglas. Urge entonces que el Congreso agilice la tramitación de una nueva política migratoria.