MÚSICA NACIONAL EN EL FESTIVAL DE VIÑA
SEÑOR DIRECTOR
Con preocupación observamos la manera en que se ha abordado la participación de la música nacional en el marco del Festival de Viña del Mar 2019.
Lamentablemente, en el contexto de la versión número 60 del certamen, hemos sido testigos de dos hechos que nos alertan, y que van en la línea contraria a estas premisas.
Por un lado está la escasa presencia de la creación local. Nos preocupa ver cómo en una parrilla de 12 intérpretes, la música chilena esté representada solo por un artista. Esto va en línea contraria a los cambios de la ley de radiodifusión y otras iniciativas que han sido ampliamente apoyadas por los chilenos, junto con desaprovechar la oportunidad de que este evento sea una ventana de la cultura e identidad chilena hacia el mundo.
En segunda instancia está el ejercicio de prácticas, como solicitar participación ad honorem para la obertura a músicos locales, que en los tiempos que vivimos y con una industria desarrollada y que goza de buena salud, deberían estar erradicadas, pues responden a lógicas del pasado que denostan la creación artística y la relegan a un segundo plano estableciendo su gratuidad.
La creación artística, en este caso la música, es un trabajo que requiere de talentos, estudios y tiempo como cualquier otra ocupación. Tiene un valor que debe ser reconocido y respetado en todos los ámbitos y considerado como un insumo más en la cadena de producción de eventos masivos y, especialmente, en aquellos cuya existencia no es posible sin música.
Horacio Salinas
Presidente
Sociedad Chilena de Autores e Intérpretes Musicales