PELIGROSA TENTACIÓN DE TRUMP
SEÑOR DIRECTOR
No hay dos posiciones entre las fuerzas democráticas respecto a la necesidad de una salida rápida de Maduro. El sufrimiento de su pueblo, la erosión de la democracia, la destrucción económica y la crisis humanitaria son razones más que suficientes para actuar. Une también a los demócratas la estrategia expuesta por Guaidó: salida pacífica, gobierno de transición corto, y convocatoria a elecciones libres.
Donde acecha el peligro es la forma en que se provoque esa salida. Todas las transiciones enseñan que el éxito de la restauración democrática depende de cómo se produce el cambio. Una acción violenta no conduciría a una transición pacífica posterior. De allí el peligro de las amenazas de intervención militar y, peor, de una intervención de la administración Trump. Tendría dos efectos altamente negativos. Provocaría una división de las fuerzas que apoyan el cambio, y socavaría las bases de un gobierno de transición. Se desbarataría la unidad interna y externa. Ningún país latinoamericano enviará tropas a Venezuela, y el gobierno de Chile debiera ser el primero en expresarlo de manera rotunda. Despertaría el nacionalismo, alentaría la cohesión de las Fuerzas Armadas, impediría constituir un gobierno amplio y, aun peor, daría pie a la conformación de grupos opositores armados.
Aunque la salida de Maduro demore algo más, el mejor camino es el que ha diseñado la Asamblea Nacional: movilización social activa, convocatoria a los más amplios sectores, incluso disidentes del chavismo, constituir un gobierno de transición, llamado y garantía a las Fuerzas Armadas y transmitir la convicción firme de la capacidad de construir un futuro mejor. La impaciencia es un mal consejero.
Sergio Bitar