Tres escenarios para Venezuela
Los escenarios políticos de Venezuela no han cambiado en función de los eventos de Cúcuta. Sin embargo, la oposición y los aliados internacionales enfrentan ahora tres escenarios: 1) Seguir por la ruta de endurecer la estrategia del colapso total (que ya se adelanta), consiguiendo agudizar las sanciones económicas y políticas y elevando el cerco diplomático contra el gobierno. En este escenario se corre el riesgo de deteriorar dramáticamente la economía interna y la calidad de vida de la población antes de provocar el colapso del gobierno y en algún momento contaminar la imagen de la oposición y su nuevo líder. Nadie puede garantizar la efectividad de esta estrategia, que si tiene claro y predeterminado el deterioro severo del país en el camino y un riesgo de tierra arrasada que haría más difícil la solución a futuro incluso para un nuevo gobierno.
2) Mantener la presión actual, pero abrir una estrategia de negociación política con el sector militar para romper las limitaciones que impiden su fractura. Este sector está hoy entre dos miedos. Uno de que llegue un nuevo gobierno y los destruya sin haber negociado, ni tener garantías reales de protección y amnistía creíble y el otro de levantarse contra Maduro sin que esa fractura sea suficiente para expulsarlo del poder. Solo rompiendo esos miedos puede darse la fractura. Cualquiera de estas negociaciones dura tiempo y tendrá enemigos internos muy relevantes en ambos lados. Está lleno de riesgos de fallar y de pulverizar liderazgos involucrados. Pero parece ser la estrategia que más éxito ha tenido en las experiencias previas de transiciones de las autocracias a las democracias.
3) El último escenario es la acción militar extranjera, opción que aumenta su fanaticada en los líderes políticos opositores. Este escenario tiene bloqueadores relevantes, tal como la negativa casi segura de la región para aceptar una invasión de EE.UU. Por mucho que los líderes regionales deseen sacar a Maduro como sea, la historia regional antiinvasiones es demasiado potente y difícilmente se romperá en este momento. Queda la posibilidad de que EE.UU. decida acciones quirúrgicas, como las usadas en otros países, pero el costo de potencial anarquía postinvasión queda vivo. Pero por supuesto que en el lado de los motivadores a que ocurra una acción más dura hay que poner el compromiso de Trump en resolver este problema antes de las elecciones y garantizar su reelección.