“La Iglesia pasa de las palabras a los hechos”

¿Cuál es la evaluación que usted hace de la cumbre sobre abusos?

En términos generales, creo que la cumbre marcará todo un hito en la Iglesia. No me esperaba tanto en tan poco tiempo. La Iglesia pasa de las palabras a los hechos y se compromete a fondo a ser un lugar seguro para los menores. Y para eso, acepta incluso aplicar las directrices de la ONU y de la OMS. Empieza la era de la recuperación de la credibilidad.

¿La conferencia cumplió con las expectativas de las víctimas de abusos? Entre las víctimas hay di- ferencias de apreciación. La mayoría es evidente que no se contenta con estos resultados y querría más. Están en su derecho, después de lo que sufrieron por partida doble: como víctimas, primero, y siendo revictimizadas, después, por medio de la ocultación y el encubrimiento. Otras víctimas quieren dar una oportunidad a la institución. Quizás, la última oportunidad, para que demuestre de verdad que va a aplicar la justicia y la reparación. ¿Qué se puede esperar ahora en este tema?

Se pueden esperar varias cosas. Por ejemplo, un cambio de mentalidad en la jerarquía. Serán cada vez menos los encubridores o los reticentes a colocar a las víctimas primero. Todos los obispos se verán obligados por la presión de la opinión pública y de la propia institución a hilar muy fino, a vigilar, a denunciar a la justicia civil y a reparar, también económicamente, a los abusados, aunque para eso las diócesis tengan que quebrar (como pasó en USA) o vender alguna catedral.