Ley de Inclusión abrió matrícula a niña trans en Liceo 1
Luego de una revisión jurídica, la Municipalidad de Santiago decidió aceptar a la joven en el colegio monogenérico, pues la legislación prohíbe la discriminación arbitraria.
A cinco días de comenzar las clases, la niña trans Arlén Aliaga (17) consiguió un cupo en el Liceo 1 para estudiar. La joven estaba solicitando su ingreso al establecimiento que es solo para mujerestras abandonar el Liceo Manuel Barros Borgoño, acusando bullying de parte de los funcionarios una vez que hizo su transición de género.
El traslado al colegio de niñas se vio inicialmente frustrado, pues la Municipalidad de Santiago, según declaró, consideraba que la ley “no permite matricular en un establecimiento monogenérico a estudiantes con un sexo registral distinto al estipulado en las bases del liceo” y que la Ley de Identidad de Género, que permitiría a la joven hacer el trámite legal, no está en vigencia.
Pero ayer las autoridades decidieron aceptar el ingreso de Arlén al Liceo 1. ¿Qué cambió? Según la revisión jurídica que hizo la Seremi Metropolitana de Educación, la Ley de Inclusión, que prohíbe la discriminación y que fue promulgada en 2015, protege a la joven.
“La Ley General de Educación (que fue modificada por la Ley de Inclusión) protege a Arlén, porque elimina cualquier discriminación arbitraria, y la Ley de Identidad de Género también la protege y viene a solucionar estos casos. Si esto hubiese ocurrido en 2020, no estaríamos conversando de esto. Pero no es culpa de Arlén que la ley no haya entrado en vigencia”, dijo la seremi de Educación de Santiago, Bárbara Soto.
El alcalde de Santiago, Felipe Alessandri, explicó que ahora enviarán al Mineduc la ficha de matrícula especial, para que ratifique el ingreso de la joven, quien todavía aparecerá registralmente como hombre. “Una vez que tengamos los antecedentes, podrá asistir a clases regulares desde el primer día. Y hago un llamado al gobierno a que dicte luego el reglamento de la Ley de Identidad de Género”, afirmó Alessandri.
Así, más allá del enredo legal, la joven trans podrá cursar su 3° medio en un colegio acorde a su identidad. “Estoy contenta, porque finalmente se escuchó mi petición y reconocieron mi derecho a la educación. Se podría decir que esto es un privilegio, pero en verdad no lo es, es solo un emparejamiento de la cancha. Marcamos un precedente y un hito, a nivel país y en América Latina”, dijo Arlén.
El reglamento faltante
Para las organizaciones trans, el ingreso de Arlén también representa un triunfo, porque valida la discusión de seis años que tuvo la Ley de Identidad de Género en el Congreso.
Franco Fuica, presidente de Organizando Trans Diversidades (OTD), asociación que acompañó a la familia de Arlén en el proceso, plantea que se está haciendo “justicia so- cial, porque las mujeres trans han estado siempre segregadas y con esto reconocemos también a aquellas mujeres trans que nunca pudieron entrar a un liceo de niñas. Es un avance histórico que también pone en tela de juicio a los colegios monogenéricos”.
Fuica explica que el reglamento faltante de la ley de identidad busca regular el proceso de cambio de nombre y sexo registral, en el caso de los mayores de 18 años, y el acompañamiento que tendrán las y los adolescentes de entre 14 y 18 años que deseen hacer la modificación, pero “no regula el hecho de que una persona trans pueda ingresar a un establecimiento monogenérico”.
En la comuna de Santiago hay 16 estudiantes trans, algunos de ellos en colegios monogenéricos, pero que hicieron el proceso de transición estando en ellos.