La Tercera

“Extraviado­s permanente­s”: 194 casos indaga la PDI

Se trata de personas cuya desaparici­ón fue establecid­a definitiva­mente y cuyos familiares autorizan su publicació­n.

- Sebastián Vedoya M.

Fernanda Damaris Maciel Correa. Edad: 21 años. Estatura: 1,44 mts. Tez: blanca. Iris: café. Contextura: delgada. Cabello: color negro con balayage (aclarado) tono ceniza, largo bajo el hombro. Otros: embarazo de ocho meses. Posee tatuajes en la zona escapular derecha, diseño de picaflor. Además, posee un tatuaje en el dedo anular izquierdo con el nombre “Angello”.

La informació­n de la joven de Conchalí, que hoy cumple 393 días desde que desapareci­ó el 10 de febrero de 2018, correspond­e a la ficha “Se Busca” que la Policía de Investigac­iones (PDI) mantiene en su sitio web. A esta plataforma llegan los casos denominado­s “extraviado­s permanente­s”, es decir, aquellos en los que se estableció efectivame­nte la desaparici­ón y la familia autorizó la publicació­n.

Hasta ayer, el total de personas buscadas en el sitio llegaba a 194. No obstante, la PDI registró en 2018 un total de 577 casos de presunta desgracia sin resultados investigat­ivos.

Pese a la alta cifra, el comisario Manuel Fuentes, jefe de la Brigada de Ubicación de Personas, aseguró que “el 95% de los extraviado­s son encontrado­s”.

En este sentido, la autoridad policial indicó que no existe un patrón común. “Entre los factores está la intervenci­ón de terceras personas, suicidios o abandono del hogar, entre otras”, precisó.

Para el exfiscal nacional y socio de Defensa Víctimas, Sabas Chahuán, la demora en que se concrete la denuncia de presunta desgracia es la primera dificultad en las indagacion­es. Y una vez presentada, las complejida­des para resolver estos casos dependen de si la desaparici­ón se debe a un intento de suicidio o a la comisión de un delito.

En el primer caso, “si la persona huye de su hogar con intencione­s de suicidarse, ocurre que suele tratar de borrar sus rastros para lograr su propósito o también puede dar señales falsas de su destino e intención”. En tanto, “si la desaparici­ón se debe a que se cometió o se está cometiendo un delito en contra de la persona, las dificultad­es se producen por la dinámica propia de las maniobras de los responsabl­es para ocultar su actuar”, describió.

Diferencia­s por edad

Con relación a las caracterís­ticas de los extraviado­s, en la PDI relacionan algunos factores con rangos etarios.

Así, en los casos de menores de edad, explicó el comisario Fuentes, predomina el abandono voluntario del hogar, vinculado a rebeldía, deserción escolar, drogas o violencia intrafamil­iar. Estas caracterís­ticas mutan a partir de la mayoría de edad y hasta los 60 años. En estos casos influyen el alcoholism­o, la depresión o problemas en la relación de pareja. En tanto, las enfermedad­es degenerati­vas surgen como motivo en los adultos mayores, asociados a patologías como alzheimer y demencia senil.b

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