Proyectos políticos
Tiene razón el senador Montes cuando dice que “la oposición está sin proyecto político”. Pero, ¿lo tienen en cambio el gobierno y su coalición? No estoy seguro.
Lavín tiene un sello, constante y majadero - “la integración social” – y no le ha ido mal con eso. Pero, ¿cuál es el sello del gobierno? ¿Hay una derecha o un “proyecto político” gubernamental, más allá de querer seguir en el gobierno el próximo periodo?
El domingo antepasado un periódico incluía una entrevista dominical al Presidente. Me dije ¡tate!, desea iniciar el año marcando los lineamientos de su acción gubernamental en 2019. Sin embargo, luego de leerlo, concluí que la entrevista no me entregaba muchas luces al respecto.
En verdad, la selección de comparecencias públicas del Presidente hacen preguntarse si existe ese proyecto. No aparece un mensaje sistemático, acompañado de una selección prolija de los temas de exclusividad presidencial. En la comunicación ciudadana hay asuntos de envergadura presidencial y otros que no lo son. Me sorprendió, por ejemplo, viéndolo hacerse cargo de los medidores eléctricos y sus costos, asunto ciudadano sensible, al mismo tiempo que se anunciaban alzas de tarifas. ¿Es un tema de exposición presidencial?
En otro ámbito distinto menciono Prosur, iniciativa que está exigiendo grandes esfuerzos ante evidentes reticencias de otros países convocados y de la oposición nacional. ¿Para qué un Prosur, que huele por nombre a revés ideológico de Unasur, si están la Alianza del Pacífico y condiciones inéditas para converger con Mercosur dadas las visiones económicas de los gobernantes de Argentina y Brasil? Bastaba como señal proclamar el fin de engendros chavistas como Unasur y Alba, en vez de intentar crear una organización más en el ya frondoso número de organismos latinoamericanos de dudosa utilidad.
Y si de proyecto político, lineamientos y estrategias se trata, también me desconcierta que el gobierno haya proclamado como clave de su éxito en el año 2019, la aprobación de reformas suyas en un parlamento de mayoría opositora. Es de una obviedad meridiana, que del parlamento solo pueden nacer reformas que no sean nítidamente y exclusivamente parte de un “proyecto político” gubernamental. Sin abandonar sus reformas, ¿por qué no proclamó como claves de su año 2019 obras que dependen de él mismo? Por ejemplo, concesiones camineras, ferroviarias, avances en la lucha contra la delincuencia o en educación y salud, que enganchan mejor que los textos legales con las sensibilidades ciudadanas. Asimismo, si las reformas son su centro y dependen mucho de la DC, ¿por qué no resuelve temas que lo alejan de ella?
En fin, no es claridad lo que transmite el escenario político. Por cierto, la oposición se ve más débil. Pero si de proyecto político hablamos, nadie parece destacar demasiado y eso abre el futuro, cuando se acercan años electorales.