Muestra retrata el desafío de niños por ir a la escuela
Desde hoy una combi recorre plazas y espacios públicos de Las Condes con 80 fotos de países como Brasil, Libia y Kenia.
Todos los lunes, la abuela de Jadiel y Tatiana, dos hermanos mapuches que viven en una pequeña isla en el río Rahue, rema por hora y media un bote que los llevará a un bus para luego viajar otras dos horas hasta la escuela donde estudian, en Osorno. Una rutina ardua, pero que ellos esperan valdrá la pena.
Esta es una de las últimas historias que se sumó a Caminos a la escuela, la exposición internacional donde fotoperiodistas de la agencia Sipa Press muestran las dificultades que viven millones de niños en el mundo para poder obtener educación, uno de sus derechos fundamentales declarados por la Unesco, organismo creador de la muestra.
La exposición reúne 80 imágenes, las que llegan a Chile por gestión de la curadora Verónica Besnier, con apoyo de la Corporación Cultural Las Condes, y que se exhibirá arriba de una combi, la que recorrerá plazas y espacios públicos de esa comuna. Hoy y hasta el 17 de marzo estará en el Frontis Centro Cívico Las Condes; del 21 al 24 de marzo se instalará en el Parque Presidente Errázuriz, y del 28 al 31 de marzo se desplazará al Centro Cultural Las Condes.
La muestra, que también tiene el apoyo del Instituto Frances y Fundación América Solidaria, estará por tres meses, hasta el 19 de mayo, y en ese periodo recorrerá la Plaza Perú, el Centro Artesanal Los Dominicos y el Parque Araucano, entre otros.
“Hace años que quería traer una muestra educativa como esta. Ha sido difícil, pero finalmente dimos con la Fundación Actual, dueña de esta combi, y me pareció que esa era una manera ideal de exhibirla y de que llegara a una mayor cantidad de público. Nos gustaría mucho que otras comunas se entusiasmaran en recibir esta combi”, dice Besnier.
Son historias de niños que día a día se enfrentan a las barreras de la distancia, la pobreza, el clima pero también la guerra y las catástrofes naturales. Es el caso de Hiroki Ono, una niña japonesa que debió superar los embates del tsunami de 2011 para ir a la escuela; o Amal Al Torchani, una niña huérfana en Libia que debe atravesar un kilómetro de casas bombardeadas resguardada sólo por la compañia de otras amigas de su edad; o también de los niños que viven en la remota aldea Kivalina en Alaska, quienes empiezan y terminan sus clases de noche con temperaturas bajo cero. ●