GRATUIDAD UNIVERSITARIA
SEÑOR DIRECTOR
Estudié pedagogía en historia en una universidad del Estado, con crédito universitario (luego Fondo Solidario). Mi tesis de grado me llevó un año y tuve algún traspié en alguna asignatura, por lo que me titulé en un tiempo mayor a la duración de la carrera.
Si en ese entonces la gratuidad hubiese existido, habría tenido sin cubrir el tiempo extra, como hoy con 27 mil beneficiarios que superaron la duración formal de su carrera. De ahí la presión de los rectores para que el Estado aporte los recursos para financiar un año más de gratuidad al tiempo oficial.
Pagué el crédito universitario en cuotas anuales equivalentes al 10% de mis ingresos y, junto con cumplir mi responsabilidad, posibilité que otros pudieran obtener su crédito del Fondo Solidario.
No corresponde que los chilenos financien el tiempo extra de un beneficiario de gratuidad.
Por esto, resulta incomprensible el reclamo de los rectores, que además, cuando suscribieron la gratuidad conocían la ley.
Que el que demore más del tiempo lo pague con el nuevo CAE. Para ello, el Parlamento debe despacharlo con celeridad.
Que las universidades hagan un esfuerzo real para acortar sus programas, más largos que el promedio OCDE, y que apliquen estrategias pedagógicas que reduzcan los tiempos de titulación, son alguna de las soluciones, en vez de golpear la puerta del Estado y estirar la mano.
José Palma Vega Ex Jefe de División del Mineduc