CONTRALORÍA Y MUNICIPALIDADES
SEÑOR DIRECTOR
La Contraloría General de la República tiene un deber constitucional de fiscalizar el ingreso y la inversión de los fondos de las municipalidades. Este órgano, encargado de velar que las instituciones públicas utilicen eficiente, eficaz y legalmente los recursos de los chilenos, gastó millones de pesos en auditorias sin criterio uniforme, sin apego a la ley y sin aplicar normas básicas de contabilidad. En breves palabras, las auditorias están mal hechas y no sirven para evaluar la inversión de los recursos Municipales.
En este actuar negligente, algunos han señalado que habría ensañamiento político de Contraloría al realizar estas auditorias, las cuales resultaron en abultados números para algunos municipios (supuesto déficit de 20 y 17 mil millones de pesos en La Florida y Viña del Mar, respectivamente). Sea como fuere, lo realmente lacerante es el descrédito en que queda una institución fundamental, que debiese caracterizarse por la prolijidad. Este golpe a la institucionalidad debe hacer diáfano a todos una premisa vital para un país que trabaja intensamente por modernizar el Estado: la corrupción no consiste solamente en favorecer arbitrariamente a un aliado político. La corrupción grave y profunda que deteriora cada día al Estado de Chile es el trabajo mal hecho. René Tapia Herrera Investigador Instituto Res Publica