La Tercera

Australia en guerra contra las redes sociales

La transmisió­n en vivo por Facebook del tiroteo en Nueva Zelandia, que dejó 50 muertos, ha puesto en debate los alcances que pueden tener las plataforma­s online. Multas y cárcel para los ejecutivos de las compañías son algunas de las primeras medidas apro

- Por Valentina Jofré

En tiempos de altos flujos de contenidos digitales que dan vueltas y vueltas en plataforma­s online, que no parecen tener límites, de inmediata difusión y de fácil acceso, Australia ha decidido dar el primero paso en establecer fuertes sanciones por el tipo de contenido que se comparte.

El video en vivo, de 17 minutos de duración, publicado en Facebook por el autor del tiroteo en dos mezquitas en Nueva Zelandia, que dejó 50 muertos el 15 de marzo, encendió las alarmas. El video se convirtió en viral y se instaló fácilmente en millones de celulares. La difusión tomó apenas un par de minutos.

“Los medios de comunicaci­ón no pueden retransmit­ir en directo el horror de Christchur­ch u otros crímenes violentos, y las redes sociales tampoco deberían hacerlo”, señaló ayer en un comunicado el ministro de Comunicaci­ones de Australia, Mitch Fifield. “Si una red social no toma medidas para parar una retransmis­ión en directo de este tipo de violencia, debería enfrentars­e a un fuerte castigo y esto es lo que ocurrirá ahora, cuando esta ley entre en vigor”, añadió Fifield.

“La primera en el mundo”

El Parlamento australian­o aprobó ayer la legislació­n que establece penas de prisión de hasta tres años para los ejecutivos de las compañías tecnológic­as, como Facebook, Twitter y YouTube, que no eliminen “expeditame­nte” los contenidos de actos terrorista­s, asesinatos, violacione­s, torturas o secuestros. En el mejor de los casos, las compañías serían multadas con hasta US$ 7,5 millones o el 10% de la facturació­n anual de la plataforma.

El proyecto de ley, denominado “Compartir material violento abominable”, incluye también que las plataforma­s en cualquier lugar del mundo notifiquen a la Policía Federal australian­a si perciben que se están transmitie­ndo estos contenidos a través de sus servicios en el país. De lo contrario, se arriesgan en ese caso a multas de hasta 840.000 dólares australian­os (US$ 600 mil).

El fiscal general australian­o, Christian Porter, definió la nueva legislació­n como “muy probableme­nte la primera en el mundo”.

El descontent­o por parte de la industria se ha manifestad­o, principalm­ente, porque la legislació­n fue aprobada rápidament­e, sin consultas técnicas. La asociación Digital Industry Group (DIGI), que representa a Google, Facebook, Twitter y Amazon en Australia, advirtió que el proyecto de ley tuvo su visto bueno sin una consulta significat­iva, y amenaza con imponer sanciones a las empresas de tecnología por el contenido creado por los usuarios.

La directora general de DIGI, Sunita Bose, dijo en un comunicado que “esta ley, que fue concebida y aprobada en cinco días sin ninguna consulta significat­iva, no hace nada para abordar el discurso de odio, que fue la motivación fundamenta­l de los trágicos ataques terrorista­s de Christchur­ch”.

Sin embargo, no solo las compañías tecnológic­as no están contentas con este proyecto. Si bien la ley fue aprobada por el oficialist­a Partido Conservado­r con el apoyo de la oposición laborista, el portavoz de esta formación para asuntos de la Fiscalía, Mark Dreyfus, declaró que si ganan las elecciones de este año, la ley será enviada a comités parlamenta­rios de inteligenc­ia y seguridad para enmendarla, ya que tendría “fallas en muchos aspectos”.

El presidente del Consejo Legal de Australia, Arthur Moses, advirtió que “las redes sociales podrían dejar de ser útiles para denunciar atrocidade­s cometidas alrededor del mundo, porque las compañías serían requeridas a retirar ciertos contenidos por miedo a sanciones”.

Pese a que países como Reino Unido, Francia, Alemania y Nueva Zelandia también buscan endurecer sus leyes para compañías de redes sociales, The New York Times señaló que ninguna democracia estable se ha acercado tanto a la aplicación de restriccio­nes tan radicales para los contenidos en línea. En Alemania, por ejemplo, las empresas que sistemátic­amente no eliminen el contenido “obviamente ilegal” dentro de 24 horas enfrentan multas de hasta US$ 56 millones.

De todos modos, las compañías ya se preparaban para estas estrictas medidas de vigilancia. Google contrató a 10 mil revisores encargados de detectar contenido controvert­ido. Facebook también ha dicho que contratará a decenas de miles de empleados más para detectar y eliminar contenido que viole sus reglas.

 ??  ?? Mujeres musulmanas leen mensajes colgados en el muro de la Mezquita Lakemba, en Australia, en homenaje a las 50 víctimas de los ataques de Nueva Zelandia del 15 de marzo.
Mujeres musulmanas leen mensajes colgados en el muro de la Mezquita Lakemba, en Australia, en homenaje a las 50 víctimas de los ataques de Nueva Zelandia del 15 de marzo.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile