Nano Stern y su nuevo disco: “No me mueve hacer canciones incendiarias”
El músico habla del single que sale hoy y de la polémica de Fiskales Ad-Hok. “No es la manera que yo elegiría”.
Nano Stern se aburrió del maniqueísmo y del blanco o negro. También de las redes sociales y los dogmas. Tras dos EP algo más sombríos y desesperanzados -Santiago (2017) y
Lucero (2018)-, en los que mostró nuevos matices de su trabajo y sorprendió a quienes lo reducían a un “hippie buena onda”, el solista de 34 años vive una feliz paradoja: en medio de un clima que considera polarizado, Stern encuentra su equilibrio artístico.
Lo anterior queda de manifiesto en El doliente, el single que lanza hoy como primer adelanto de su próximo álbum, y que musicaliza el soneto
homónimo del poeta iquiqueño Oscar Hahn. En sus líneas se encuentran pistas de la nueva dirección de su trabajo, como la que cierra la pieza: “El mismo viento que rompió tus naves / es el que hace volar a las gaviotas”.
“Es volver a posicionarse desde una energía positiva, pero habiendo atravesado un tránsito distinto, en el que me permití pasar por zonas más oscuras”, dice sobre su séptimo álbum, con fecha de salida para fines de este año o inicios de 2020. Un trabajo que “tiene algo optimista sin omitir que hay cosas de las que hay que hacerse cargo”, añade el cantautor, quien cita a Joe Vasconcellos con otra paradoja que explica su nueva fórmula: “‘La alegría es algo que me tomo muy en serio’, dice Joe, y eso es tan lindo y tan cierto”.
Instalado por estos días en Santiago, en medio de constantes
giras a Argentina y Estados Unidos, Stern trabaja en paralelo en otro proyecto: un homenaje en vivo a Congreso por sus 50 años de historia, fijado para el 8 y 9 de mayo en el Teatro Nescafé de las Artes, junto a una orquesta de 28 músicos y los arreglos de Simón González, hijo de Tilo González, fundador del conjunto que para Stern es referencia.
“No sé si en este momento lo que me mueve es hacer canciones incendiarias y combativas, sino más bien canciones que consideren el contexto polarizado en el que estamos y decir: ‘Ojo, ¿queremos ir al precipicio de nuevo?’”, dice el músico, quien bajo ese mismo prisma analiza lo ocurrido el domingo con Fiskales AdHok en Lollapalooza, y las gráficas que proyectó el grupo punk en pantalla, con los rostros de diversos personajes de
la derecha chilena atravesados por una lanza.
“Creo que por sobre todo hay que tener cuidado de no seguirle el juego a los que incitan al odio. O sea, que venga Kast a hablar de incitación al odio me parece bastante irónico, por decir lo menos, pero siento también que hacer manifestaciones como esas es hacerles el favor más grande que se puede a ellos”, comenta .
Y agrega: “No es la manera que yo elegiría, pero si los Fiskales quieren hacerlo, todo bien. Ellos tienen una estética también. Pero si el arte puede incitar al odio, esta es la respuesta: evidentemente que sí. Entonces, en la medida que siento que el arte sí puede llegar a ser un instrumento de odio, con mayor razón redoblo mi compromiso con hacer del arte un lugar de encuentro. Sin caer, por supuesto, en la idiotez”.b