El margen de Theresa May se estrecha
Los plazos se vencen, pero el laberinto del Brexit sigue lejos de aclararse. Esta vez, a solo una semana de que expire el tiempo extra concedido por la Unión Europea, para que Reino Unido deje el bloque sin acuerdo, Theresa May solicitó una nueva prórroga a Bruselas. En una carta al presidente del Consejo Europeo, la primera ministra británica le pidió extender hasta el 30 de junio el plazo de salida. Solo un apoyo unánime de los 27 miembros permitirá conceder un nuevo margen de tiempo; pero algunos países, como Francia, ya han advertido que, para hacerlo, May debe ofrecer un nuevo plan que sea creíble para Bruselas, cosa que la premier hoy no tiene. Hay que recordar que en marzo, también pidió plazo hasta el 30 de junio, pero solo se le concedió hasta el 22 de mayo, siempre que aprobara el acuerdo.
El nuevo pedido de la primera ministra británica, junto con dar cuenta del escaso avance logrado para aprobar el acuerdo firmado entre ella y la UE el año pasado, debilita aún más su ya escasa credibilidad ante sus
pares europeos y ante los propios británicos. No solo prometió renunciar a cambio de la aprobación del acuerdo sin lograr su objetivo, sino que además decidió en los últimos días negociar con los laboristas en desmedro de su propio Partido Conservador, un camino que ahondó las tensiones con sus propios correligionarios.
Frente a este panorama, May tiene ante sí dos salidas –a menos que logre en las próximas horas un acuerdo con los laboristas, que hoy se ve lejano. El primer camino es asumir la falta de acuerdo y concretar el retiro sin pacto el próximo 12 de abril, algo que ni en Bruselas ni en Londres quieren, por las graves consecuencias que tendría. La segunda opción es que May acoja la propuesta hecha por el presidente del Consejo Europeo de fijar una prórroga de 12 meses, pero que la salida de Reino Unido se concrete apenas se logre un acuerdo en el Parlamento británico. Ello daría más margen de negociación y permitiría alejar por ahora el fantasma del Brexit sin acuerdo. El problema es que terminará, a su vez, extendiendo por un año más la incertidumbre sobre el proceso.