La Tercera

El regalón del Rey que seduce a Rei

- Por Christian González y Matías Parker

El lateral Jens Buss da sus pasos iniciales en Primera con Curicó Unido, al que llegó desde el Rodelindo Román, de la Tercera B. El fichaje lo avaló Arturo Vidal, con quien podría reunirse si se concreta el interés mostrado por el DT de la Roja.

Jens Buss protagoniz­a un caso inédito en el fútbol chileno. El lateral fue uno de los protagonis­tas del mercado de fichajes al pasar desde el Rodelindo Román, que milita en la Tercera B, la quinta categoría del balompié nacional, a Curicó

Unido, que compite en Primera División. Por ahora, suma 144 minutos en la categoría de honor: 60 ante la UC y 84 frente a Cobresal.

El cambio del carrilero izquierdo, de 22 años y pasaporte alemán, es tan brusco como el que experiment­aba a diario, cuando viajaba desde Vitacura, donde reside junto a su familia, hasta San Joaquín, para prepararse con la escuadra que tiene como principal benefactor a Arturo Vidal.

Y puede serlo aún más: Reinaldo Rueda lo tiene en la mira para la Selección. “Hablamos de Buss. Me preguntó por él y por Cavalleri, el delantero argentino que tiene familia chilena. Me dijo que existía una posibilida­d que los nominara al próximo microciclo”, reveló el técnico talquino, Dalcio Giovagnoli. Ese proceso se realizará a mediados de este mes.

Buss sueña, incluso más allá de la eventual citación a la Roja. “Estoy feliz. Es un salto grande. Uno advierte de inmediato que el nivel es distinto, mucho más intenso. De eso me he dado cuenta desde los primeros días de entrenamie­nto. Sé que mi caso es raro, pero me lo tomo con calma”, explica.

Eso sí, su camino en el fútbol no siempre fue tan expedito. Su carrera se inició en las divisiones inferiores de Universida­d Católcia y continuó en O’Higgins. Buss admite que tomó la del Rodelindo como la última opción para concretar su sueño. “Fue más largo. Si por alguna razón no me iba bien en el Rodelindo, hubiese pensado que era la última chance, pero fue muy bueno lo que terminó ocurriendo”, dice.

El paso por el equipo del Rey le permitió conocer una realidad distinta. Su origen le valió bromas, que se tomó con naturalida­d. Sus compañeros en el Rodelindo Román lo apodaban El Pituco. El mote responde a su residencia en el sector alto de la capital y a la condición acomodada de su familia: “Soy una persona común y corriente. Iba en Metro y, a veces, en auto, como cada persona que va al trabajo. Que me dijeran Pituco no me molestaba para nada. Al contrario. Era un grupo muy unido. Siempre me llevé bien con todos. La gente del Rodelindo me trató muy bien. Nunca tuve algún problema. El sobrenombr­e era con cariño, entre amigos. Lo pasé muy bien ahí”.

Sin imaginarlo, Buss consiguió en su paso por el Rodelindo un patrocinad­or incuestion­able: Arturo Vidal, con quien nunca cruzó palabras, pero quien terminó recomendán­dole a Jaime Vera, ex entrenador suyo en Colo Colo, que lo fichara en el club de la Séptima Región. “Arturo Vidal lo conoce. Me dijo que era una máquina. Cuando en el fútbol te dicen eso es porque se trata de un jugador que tiene buenas caracterís­ticas físicas e ida y vuelta. Mejor aval no podía tener”, revelaba el Pillo, quien luego dejó el club para dirigir al OFI de Creta, en Grecia.

Vera explicaba que la suya fue una apuesta como la que acostumbra a realizar en todos los equipos que dirige, en los que procura descubrir talentos jóvenes que se transforme­n en patrimonio para las institucio­nes. “Le realizamos un seguimient­o en un par de partidos. De repente, uno tiene que ir conociendo jugadores y darles oportunida­des. Por eso nos decidimos a que pudiera venir con nosotros y que se pudiera mostrar. Hay jugadores que son buenos y que no tienen la oportunida­d”, sostenía.

El entrenador concebía el origen del Pituco como una ventaja. “Viene de buena familia. Eso ayuda, porque son jugadores bien preparados, soportan mejor la presión. Captan rápido. Se ve que ha tenido una buena alimentaci­ón. Es importante encontrar jugadores así. Es más fácil desarrolla­rlos”, decía.

La contextura física de Buss lo convierte en un jugador con potencial. Mide 1,85 metros. “Es un jugador potente, que tiene buena proyección ofensiva. Tiene buen porte y, lo más importante, las ganas. En Chile no se dan mucho todo eso junto”, añadía.

La dirigencia que encabeza Freddy Palma atendió esos argumentos: “Vi algunos pasajes y me parece que es muy interesant­e. Nos llamó la atención el físico. Es rápido, fuerte en la marca. Es bueno en eso. Vera lo vio como proyecto. Así lo pidió, como el caso de Kennet Lara, que resultó en gran forma. Vamos a ver cómo resulta, pero tenemos confianza en los elementos que vimos”. El salario de Buss bordea los 600 mil pesos mensuales.

Como Zanetti

En el Rodelindo aseguran que no se equivocaro­n. “Es un buen jugador. Aparte, primero que todo, es buen tipo, buena persona, tranquilo, humilde. Como jugador es similar a Javier Zanetti, obviamente guardando las distancias del caso. Esas caracterís­ticas tiene. Va al ataque, defiende, es potente. Es fuerte, rápido. Puede jugar por ambos costados. Es merecido el salto que se está pegando. Bien por él”, sostiene Mario Cáceres, ayudante en el Rodelindo del técnico Rodolfo Madrid. ●

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Buss pugna con Fuenzalida en el duelo ante la UC del pasado fin de semana.

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