PIÑERIZACIÓN
SEÑOR DIRECTOR
La última encuesta Criteria-Research mostró una caída de 10 puntos en la popularidad presidencial y un incremento de nueve puntos en la desaprobación, constituyéndose en el peor registro desde que comenzó el gobierno.
El Presidente obtuvo sus mejores resultados en las encuestas de opinión cuando cedió espacio público a sus ministros y a su esposa. Un Presidente menos visible generaba un gobierno más unitario, dando lugar a nuevas figuras, como las ministras Hutt y Plá. Era el escenario ideal para evitar las “Piñericosas” y generar acuerdos con la oposición. A menor visibilidad del Presidente, mayor consolidación del gobierno. Fue un camino difícil de aceptar para el Presidente-quien disfruta con el protagonismo mediático-, pero funcionó durante el primer año.
Iniciado 2019, el Presidente volvió a sus orígenes. Copó la agenda, quitó espacio a sus ministros y se constituyó en la figura favorita de los ataques de la oposición. Incluso, tal estrategia contribuyó a algo que parecía imposible: un acuerdo-muy general, por cierto- que va de la DC al Frente Amplio, para encarar la agenda legislativa del gobierno.
Además, en su afán por buscar consensos con la oposición, Piñera personalizó encuentros, escondiendo a los ministros clave de cada cartera. En lugar de dar espacio a una institucionalización del gobierno, Piñera optó por el camino equivocado. Recibió con estruendo a Bolsonaro; fue responsabilizado por el FA, debido a la falta de acuerdos para desarrollar el año legislativo, y -algo muy importante- está bloqueando una alternativa presidencial que provenga del propio gabinete.
Su administración está con números rojos en la opinión pública. El Presidente debe dar un paso al costado y regresar a un estilo de mayor anonimato.
Mauricio Morales Quiroga
Académico de la Universidad de Talca