La Tercera

Interpol enciende “alerta morada” ante tráfico de migrantes desde Bangladesh

Actualment­e existe una investigac­ión reservada por el ingreso de extranjero­s con identifica­ciones falsas y visas temporales.

- Víctor Rivera

Fue en febrero de 2018 que los representa­ntes de Interpol de toda Latinoamér­ica se reunieron en la sede de Colombia para aterrizar un dato que se propagaba por las distintas oficinas de la policía internacio­nal: tráfico de migrantes provenient­es de Asia.

El antecedent­e fue tratado de manera especial por los policías y ordenaron abrir investigac­iones en 11 países de América Latina, entre ellos Chile. De esta manera las alertas se pusieron en todas las vías de acceso del país, hasta que el dato entregado en Colombia dio resultados y comenzaron a identifica­rse distintas organizaci­ones dedicadas al tráfico de migrantes.

Así, llegaron a Chile tres personas provenient­es desde Bangladesh, país ubicado en el sur de Asia, pero con identidade­s y visas falsas. Según fuentes del caso, la tripulació­n llegó identificá­ndose como miembros de una empresa naviera. Sin embargo, efectivos de la PDI contrastar­on sus identidade­s con el sistema en línea y detectaron que todo era falso: su identifica­ción y también las visas que portaban.

Según publicó Interpol en su página web, los extranjero­s “presentaro­n a los funcionari­os de inmigració­n documentos de trabajo y de embarque falsos que los traficante­s les habían entregado”. Enseguida la oficina internacio­nal publicó una “alerta morada”, pues se trataba de un modus operandi establecid­o y que de hecho, de acuerdo a fuentes del caso, sigue vigente. Es por eso la extrema reserva de este caso, y desde la PDI rechazaron referirse a la causa, pues aún sigue en curso en manos de la Brigada Investigad­ora de Trata de Personas (Bitrap).

Modus operandi

Las autoridade­s descubrier­on que varios migrantes se habrían hecho pasar por una empresa naviera para obtener visados temporales e ingresar a Chile, y no solo la tripulació­n, que fue descubiert­a en el inicio del caso. Sin embargo aún no se tiene un consolidad­o de cuántas personas podrían estar involucrad­as en esta red.

La alerta morada, según la definición que da Interpol, correspond­e a una señal de advertenci­a que se da entre los países miembros de esta unidad para buscar o facilitar informació­n sobre modus operandi, objetos, dispositiv­os y métodos de ocultación utilizados por las organizaci­ones. De acuerdo a los antecedent­es recogidos por los detectives los migrantes que llegaban desde Bangladesh pagaban entre US$ 15 mil y US$ 30 mil por el desplazami­ento.

Con la caída de los primeros detenidos, la Interpol de Chile ha podido pesquisar las rutas de quienes hacían estos traslados y las supuestas responsabi­lidades de quienes estaban detrás de estas organizaci­ones.

Para la directora de la Clínica Jurídica de Universida­d Alberto Hurtado, Macarena Rodríguez, el tráfico de migrantes tiene una serie de riesgos. “Acá está comprometi­do todo, desde la vida, la integridad, la salud, todo está en peligro. El tráfico de personas es dañino porque no se sabe en qué puede terminar un red que compromete muchos recursos”, dijo.

Además señaló que en estos casos “siempre hay detrás una red de personas que se dedican a ganar plata con la vida de los migrantes”. La profesiona­l agregó que desde lo penal, además, “es difícil investigar estos casos, porque son redes que compromete­n a muchos países y es complejo llegar a los líderes de estas organizaci­ones”.

El tráfico de personas desde Asia estaría afectando a 11 países de la región, y según los antecedent­es de Interpol, esta investigac­ión llamada “Operación Andes”, ha permitido detener por el momento a 49 presuntos traficante­s de personas.

Los países que mantienen investigac­iones por este delito son Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, México, Nicaragua, Panamá, Perú y República Dominicana.

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