LA LECTURA DE GRAFF
Hacía mucho tiempo que Colo Colo no se veía tan indefenso y poco gravitante como ayer. Quizás desde el torneo de verano, donde mostró poco y nada.
Ayer, en el Sánchez Rumoroso, cayó atrapado entre la incapacidad propia y un cuadro local hambriento, de excelente dinámica. Salas optó por la línea de tres en el fondo, presumiblemente por la ausencia de Opazo, pensando que achicando hacia adelante podría esta
blecer parejas de marca con Coquimbo. Lo que no advirtió es que Graff marcaría con tres mordedores en el mediocampo en lugar de dos. Galani, Cornejo y Navarrete ganaron prácticamente todos los duelos y balones sueltos que quedaron en la zona media y no le dieron una sola chance a los albos de encadenar un ataque con ventaja.
Salas tiene un equipo que ataca mucho más por el lado de Mouche que por la derecha. Esa asimetría que en otros partidos fue fundamental ayer los dejó prácticamente sin salida por la diestra y significó el ahogo que provocó Coquimbo.
Sumado a esto, Farfán jugó un partido aparte con Insaurralde, al cual le ganó toda la tarde. Por fuera o por dentro, el delantero fue un tema insoluble para los de Salas. Cuando optaron por doblar la marca, apareció Pineda (y Pinilla sobre el final), lo que agravó el problema. El 1-0 no solo fue justo premio, sino que además sacó a Colo Colo de su idea primitiva; se dio cuenta de que tenía que salir a forzar el partido.
Todos (me incluyo) pensaron que la entrada de Valdivia y Paredes le daría una distribución diferente y que, casi por arte de magia, Colo Colo mutaría a ser más ofensivo. Pero fue ahí donde el ingreso de Torres le dio un peso distinto a la defensa pirata y siempre quedó en superioridad numérica para marcar. La lectura de Graff en el partido fue sobresaliente, ni hablar de la ejecución y dinámica.
Si Coquimbo mantiene esta última, debiera transformarse en un interesante animador del torneo, toda vez que goza de delanteros complementarios entre sí.
No es grave lo de Colo Colo ni mucho menos, pero la de ayer fue una muestra grandota de que los rivales aprenden y rápido, que lo colectivo sigue siendo primordial cuando no aparecen tus nombres propios. Y ayer no aparecieron.