“Es necesario tender a cumplir los estándares internacionales”
La autoridad evaluó la situación de los penales chilenos. “Hay un abandono porque es una población invisible”, señaló.
Consuelo Contreras, directora del Instituto Nacional de Derechos Humanos, aborda el Tercer Estudio de Condiciones Carcelarias, el que detalla una serie de vulneraciones a las que está sometida la población penal chilena en cuanto a habitabilidad y atenciones básicas de salud.
¿Qué vislumbra como solución al problema carcelario?
Es necesario tender a cumplir los estándares internacionales y recomendaciones realizadas directamente al Estado en el mismo informe. Mejorar las condiciones materiales de la privación de libertad y la fiscalización en el caso de las cárceles concesionadas. Junto con ello, formar a funcionarios y funcionarias en aspectos de derechos humanos. También se requiere evaluar la política criminal actual que tiende a ver a la cárcel y la privación de libertad como la única solución a temas delictuales. Eso
permitiría generar alternativas a la cárcel y no tener tal cantidad de personas privadas de libertad.
¿Cree que el Estado abandonó a las personas en prisión?
Hay un abandono, porque es una población invisible. Por lo tanto, el Estado no se hace cargo de parte importante de su población, que en este caso es la más vulnerable. Es población aislada que en muchas ocasiones no tiene contacto con el exterior, que está más expuesta a violencia y que tiene menos acceso a salud, entre otros.
Si bien Gendarmería ha dado pasos en sus reglamentaciones y avanza hacia ello, aún hay una distancia entre lo que dice la normativa y lo que ocurre en los hechos, lo que se constata en las diversas observaciones ya sea por este informe o por denuncias.
¿En qué medida impacta esta situación en la sociedad?
Repercute en tanto fue la decisión de la sociedad en su
configuración democrática que la solución a este tipo de conflictos sea mediante la privación de libertad en cárceles. Por lo tanto, la sociedad debiese hacerse cargo de esta población y no excluirla, reintegrarla y darle los medios para que pueda realizarse en el exterior de la cárcel.
Desde otra mirada repercute este abandono, porque tenemos a población penal que se caracteriza por ser población pobre que debe estar sujeta a los mismos derechos que el resto de las personas que habitan esta sociedad. El único derecho del que se les debiese privar es la libertad de circulación, pero no así de sus posibilidades de desarrollo, de educación.
Estas personas saldrán de la cárcel y el objetivo es que puedan desenvolverse en el exterior en condiciones que no tengan que volver a ella. Si va a estar en libertad, la idea es que salgan de la cárcel con educación, con un oficio, con herramientas de integración social.b