Hacen daño
Me pregunto si tienen conciencia de lo que están haciendo. No necesito explicar que función importante del Poder Legislativo es… legislar. Ni el daño de no hacerlo o hacerlo mal. Por eso, quiero llamar a la reflexión sobre dos asuntos.
Uno es la reforma tributaria. Llevamos ocho meses de debate. Abruma la indiferencia ante las consecuencias de mantener en vilo la economía del país; el daño a su crecimiento, inversión y generación de empleos que esta situación provoca. Además, rechazar la idea de legislar solo refleja, más allá de proclamaciones de unidad, desconfianzas entre los más duros de un real acuerdo opositor en el trámite legislativo; prefieren prolongar la incertidumbre paralizante. Por otra parte, la discusión instalada es absurda. Todo sistema, integrado o desintegrado, puede ser progresivo; no hay uno más “progresista” que otro. Asimismo, nadie ignora que la reforma tributaria de 2014 fue mala y rechazada mayoritariamente por la opinión pública desde octubre de 2014, cuando percibió en su bolsillo, que era falso que la pagaran “solo los ricos”. También es evidente que la maraña tributaria entonces aprobada agobia a las empresas, especialmente a pymes y emprendimientos nacientes. Sin embargo, la pobre calidad de la discusión, hace cundir el número de quienes comienzan a rogar que ojalá no legislen: temen un final aun peor que el régimen actual. Dicen, olvidémonos de una economía pujante. Resignémonos al actual régimen tributario, que con un gobierno mediocre permite crecer al 1% y con otro menos hostil al crecimiento, a un 3%. Y que sea lo que Dios quiera con el empleo. Por eso me inspiran expertos de oposición, como Óscar Landerretche, Manuel Marfán, Ricardo Escobar y Michel Jorratt, para decir: legislen de una vez y con seriedad, están dañando a la gente.
Otro caso es el TPP11, ese tratado de libre comercio de la Cuenca del Pacífico del que Trump retiró a EE.UU. y el resto decidió seguir adelante. Fue trabajado y firmado por la Presidenta Bachelet, luego hecho suyo por el gobierno Piñera. Gran promotor en su tiempo fue el entonces canciller Heraldo Muñoz, hoy Presidente del PPD y una de sus figuras con potencial presidenciable. Pero este acuerdo transversal de dos gobiernos, tiene oposición en el Congreso, ¡incluso en la bancada PPD! O sea, discrepando de ambos gobiernos y distanciándose de la rebelión de 11 países de la Cuenca del Pacífico al proteccionismo de Trump, éste encuentra aliados en nuestro parlamento… entre quienes gustan decirse “progresistas”. ¡Qué ironía! Hace un par de siglos el libre comercio fue bandera de imperios coloniales en expansión; pero eso se acabó en el siglo XX. Hoy los grandes imperios económicos y sus extremas derechas, son proteccionistas. El libre comercio es bandera de los pueblos emergentes. Se los ruego fervientemente, voten con su pueblo, no con Trump y la extrema derecha.