La Tercera

Los jesuitas buscan a su nuevo provincial

Tras un año particular­mente duro, la Compañía comenzó un proceso de análisis respecto de quién será la próxima cabeza de la congregaci­ón, liderada hoy por Cristián del Campo.

- María José Navarrete

“Agradezco al Señor por la disponibil­idad de Cristián para asumir este servicio. Vivimos un momento particular­mente desafiante como Iglesia”. Esas fueron las palabras del exprovinci­al de la Compañía de Jesús, Eugenio Valenzuela, tras su salida del cargo en septiembre de 2013. Tres años antes habían llegado las primeras denuncias por abusos en su contra, y hace unas semanas la orden informó que Valenzuela pidió al Papa la dimisión de su estado clerical, además de dar cuenta de que se enviaron los antecedent­es respecto de dos casos que lo involucran a la Congregaci­ón para la Doctrina de la Fe, en el Vaticano.

Seis años más tarde, durante el encuentro de provincia en febrero pasado, se dio el puntapié inicial para definir los desafíos y el perfil de quien sucederá al actual provincial, Cristián del Campo (49). Para Roberto Saldías, secretario de la Compañía de Jesús en Chile, hay datos objetivos respecto de lo que se espera del próximo líder de los jesuitas. “Se necesita un provincial que anime al cuerpo de la provincia, no solo a los jesuitas, a nuestras obras, a los laicos que colaboran con nosotros. Que colabore mucho con la Iglesia chilena, y que vaya en la línea del trabajo que hemos iniciado en el tema de prevención de abusos y reparación”.

Ser provincial

Sobre este cargo, el director de la Revista Mensaje, Tony Mifsud, señaló que “es una misión compleja, creo que nadie quiere ser provincial. Tiene un rol doble: cuidar de 140 jesuitas, acompañarl­os y estar cercano. Además, planificar la provincia, los trabajos y las obras, pensar a largo plazo”.

Pero Del Campo no solo ha debido monitorear lo que ocurre al interior de una de las congregaci­ones más numerosas del país, sino que también ha hecho frente a las denuncias de abusos contra figuras emblemátic­as de la orden, como Renato Poblete, o pasar por episodios de tensión con el exarzobisp­o de Santiago, Ricardo Ezzati, como cuando se conocieron públicamen­te los correos electrónic­os en que se buscaba vetar a Felipe Berríos como capellán de La Moneda, o cuando el cardenal decidió no renovar la misión canónica del jesuita Jorge Costadoat en la Facultad de Teología.

Etapas previas

El proceso se inició por decisión del Padre General, el venezolano Arturo Sosa, quien envió en febrero a su asistente para América Latina meridional, el brasileño Claudio Paul, para entrevista­rse con un gran número de jesuitas y sacar una “foto” de la provincia chilena.

Durante la reunión de ese mismo mes, en la casa de retiro de Padre Hurtado, el centenar de jesuitas destinó un día completo a reflexiona­r sobre los desafíos futuros de la Iglesia y la Compañía. Allí escucharon las charlas sobre mujeres y género de la periodista Eliana Rozas; de la vida religiosa en una sociedad seculariza­da, del sociólogo Eduardo Valenzuela, y de los grandes desafíos a nivel mundial que expuso Ascanio Cavallo.

En marzo pasado comenzó entonces la consulta a las comunidade­s para que reflexione­n sobre los desafíos y los rasgos que debiese tener esta persona. Hasta la primera quincena de abril cada religioso debe enviar un sobre, al que solo tiene acceso el provincial, con uno a tres nombres de posibles candidatos y una breve justificac­ión para proponerlo­s.

Si bien no está dentro del proceso formal, el pasado 21 de marzo los jesuitas chilenos quisieron incluir la voz de cerca de 40 laicos y colaborado­res de la institució­n. Uno de los aspectos que se discutió fue que el nuevo provincial sea un “pastor”, que se preocupe de sus compañeros más que de ser un “gerente”. También que posea una trayectori­a intachable y que sea capaz de abrirse a trabajar con otros espacios eclesiales, con el fin de que la Compañía no se convierta en una “Iglesia paralela”.

Luego de la “votación” de los jesuitas (los sobres), el provincial realizará una consulta ampliada en que se analizarán los nombres que más se mencionaro­n. Más tarde, en una “consulta canónica”, Del Campo y sus diez consejeros más cercanos elaborarán la terna que se enviará al Padre General. En total, el proceso demora entre seis y ocho meses, y podría ocurrir que el nombre esté listo para el 31 de julio, día de San Ignacio, fundador de la Compañía.

Pese a que los jesuitas tienen prohibido “hacer campaña” por algún eventual candidato, laicos cercanos a la Compañía comentaron que sí hay algunos nombres que se repiten con fuerza (ver recuadros). Entre ellos, Francisco Jiménez, Pablo Castro y, en menor medida, Luis Roblero. Por ahora, el río suena.b

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Cristián del Campo (49) fue nombrado en septiembre de 2013.

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