POBLACIÓN PENAL Y EXCLUSIÓN SOCIAL
SEÑOR DIRECTOR
No es novedad la precariedad de condiciones en las que vive aquella población que está privada de libertad. El tema se hace visible una vez más, gracias al Tercer Estudio de Condiciones Carcelarias, elaborado por el Instituto Nacional de Derechos Humanos.
La reinserción de personas privadas de libertad requiere una mirada amplia de las causas y no solo de los efectos de la delincuencia. Es determinante poner foco en reducir factores de exclusión, como la deserción escolar, el consumo de drogas y la violencia en los barrios.
El desistimiento delictivo es posible si intervenimos tempranamente estos factores, fortaleciendo el rol de la familia con programas efectivos que permitan mejorar modelos parentales, junto con entregar oportunidades laborales y un ambiente que desarrolle conductas prosociales.
El verdadero foco de la política pública debe estar en la prevención, perfeccionar la justicia juvenil con tribunales especializados de ejecución de penas y entregar oferta programática a los inimputables (menores de 14 años), a la vez que apoyando a sus familias con herramientas que hoy no están a su alcance.
Analizar este tipo de estudios, es una oportunidad para insistir en los objetivos de insertar en la sociedad a quienes rompieron el vínculo y los alejó de su escuela y de sus familias, pero que sabemos que con una mirada distinta es posible volver a restaurar.
Marcelo Sánchez
Gerente general de Fundación San Carlos de Maipo