Vaticano prohíbe a O’Reilly volver a vivir en América Latina
El Vaticano comunicó ayer la sentencia canónica contra el sacerdote legionario de Cristo por abuso sexual. Durante 10 años tampoco podrá ejercer su ministerio.
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Luego de casi cuatro años de investigación, la Congregación para la Doctrina de la Fe, del Vaticano, comunicó ayer la esperada sentencia del juicio canónico contra el sacerdote irlandés John O’ Reilly, de los Legionarios de Cristo. Y la resolución tuvo elementos, por cierto, inesperados.
“Por haberlo encontrado culpable de abuso sexual contra una persona menor de edad, las penas son: prohibición del ejercicio público del ministerio sacerdotal por 10 años; obligación perpetua de fijar residencia fuera de América Latina, y la prohibición perpetua de contacto voluntario con menores de edad”, se indicó en un comunicado de prensa de los Legionarios. Además, la sentencia “sugiere que reciba acompañamiento psicológico y espiritual”. Y establece el derecho de apelación del sacerdote.
El tema de O’Reilly estalló en 2012, cuando se recibió la denuncia de una menor de edad del Colegio Cumbres. La causa llegó a la justicia penal y el 15 de octubre de 2014 el Tercer Tribunal del Juicio Oral en lo Penal de Santiago lo halló culpable de abuso sexual, estableciendo una pena de cuatro años de libertad vigilada.
En diciembre del año pasado cumplió dicha pena y el 14 de enero se fue del país, rumbo a Italia, ante el inminente decreto de expulsión que emitiría el Ministerio del Interior. Tenía 72 horas para apelar o marcharse y optó por lo último, producto de que en marzo de 2015 el Senado había revocado su nacionalidad por gracia. Es decir, en ese minuto el presbítero era un inmigrante indocumentado.
Todo parecía una vorágine, menos el juicio canónico. De hecho, en mayo de 2015 la Congregación para la Doctrina de la Fe ya había nombrado al tribunal para iniciar el juicio eclesiástico. Pero fue recién en mayo del año pasado cuando, desde Roma, se designó al sacerdote Jaime Ortiz de Lazcano como juez delegado para recoger las pruebas y elaborar un informe, que finalmente envió en octubre de ese año. Y desde entonces se esperaba la sentencia.
Actualmente, O’Reilly vive en una residencia de su congregación, en Vía Aurelia, Roma, Italia.
Condena atípica
Desde el Vaticano, el sacerdote Aaron Smith, director de la Oficina de Comunicación Internacional del movimiento Regnum Christi, dijo a La Tercera que “hemos buscado informar con inmediatez y claridad la sentencia y, sobre todo, como dice nuestro comunicado, volviendo a pedir perdón y comprometiéndonos públicamente a seguir trabajando para evitar cualquier abuso, e invitando a cualquier víctima a denunciar”.
Respecto de la demora del proceso eclesial, manifestó que “los tiempos de un juicio canónico son los que son. Cuanto antes dejamos de estar en la incertidumbre, y cuanto antes se clarifican las cosas dentro de lo que es posible con algo tan complejo, es mejor para todos”.
En Chile, el abogado canonista y vocero de la Fundación Voces Católicas, Alejandro Álvarez, explicó que “la sentencia del P. John O’Reilly confirma el fallo de la justicia chilena, que lo condenó por abuso. En ella se indica la obligación perpetua de fijar residencia fuera de América Latina, no la imposibilidad de ingresar al continente. Han existido casos donde se ha indicado fijar residencia en algún país en particular o no poder tener residencia en algún país, pero no tengo conocimiento de que haya una indicación de no poder fijar residencia en un territorio geográfico tan amplio como América Latina”.b