“Fotografiar” el agujero negro de la Vía Láctea es la próxima tarea astronómica
Investigadores del proyecto Event Horizon Telescope (EHT) ya piensan en apuntar a este objeto, que está más cercano y es mucho más pequeño.
El miércoles 10 de abril de 2019 será recordado como una jornada histórica para la astronomía: por primera vez se dio a conocer una imagen real de un agujero negro, trabajo que se realizó bajo el proyecto Event Horizon Telescope (EHT), una iniciativa que tomó 10 años, 207 investigadores, 58 instituciones de 18 países y ocho me garra dio telescopios, ubicados en Sudamérica, Norteamérica, Europa y la Antártica.
Tras el anuncio de esta inédita imagen, surge la interrogante sobre los próximos desafíos de esta red de radiotelescopios organizados de manera global, ¿qué más podrían descubrir o revelar?
Patricia Arévalo, académica del Instituto de Física y Astronomía de la Universidad de Valparaíso, señala que "la misma red de telescopios organizada por la colaboración Event Horizon Telescope planea observar el agujero negro de nuestra propia galaxia, la Vía Láctea. Este agujero negro es, por supuesto, mucho más cercano, pero también mucho más pequeño, con una masa 1.000 veces menor que el agujero negro central de M87 (dado a conocer ayer), por lo que el tamaño esperado de su horizonte de eventos, visto desde la Tierra es similar".
Rubén Herrero-Illana, radioastrónomo e investigador posdoctoral de Alma y el Observatorio Europeo Austral (ESO), señala que "la novedad está en observar, tanto con telescopios tan alejados entre sí, como hacerlo a una frecuencia muy alta (cientos de gigaherzios). Los siguientes pasos vendrán precisamente en esa
dirección: estamos intentando añadir telescopios aún más lejanos (como Groenlandia o Francia), y observar a frecuencias aún más altas, con el reto técnico que eso implica".
Nuevos desafíos
Carol Rojas, astrónoma del Instituto Milenio de Astrofísica MAS, establece que ahora el objetivo es, ojalá, poder tener imágenes mejores de Sagitario A*, el agujero negro central de la Vía Láctea. "Si bien los investigadores dijeron tener ya una, aún no es posible difundirla, porque induciría a confusión, ya que este agujero negro, aunque está más cerca, es mucho más pequeño y eso hace que el disco de acreción a su alrededor rote más rápido y que las imágenes no sean tan claras como la del agujero negro en M87".
El investigador de Alma añade que con esto "podremos
conseguir imágenes con mayor sensibilidad y con aún más resolución, con las que podremos seguir indagando en estos objetos tan extraños para afinar las teorías físicas de regiones tan exóticas. El objetivo final es, como siempre, entender un poco mejor qué es el Universo, cómo se formó y qué va a ocurrir con él".
"Si esto tiene éxito, se espera observar otros agujeros negros gigantes en galaxias cercanas. Este primer paso que se mostró ayer es extremadamente importante, porque muestra la existencia del horizonte de eventos, por primera vez. Las mediciones futuras servirán para medir la masa de algunos agujeros negros con mayor precisión y de un modo directo, además, estimar otro importante parámetro, que es la rotación del agujero negro, y también el mecanismo de emisión que genera esta luz observada", señala Arévalo.
Un argumento científico que aún se investiga es que la imagen revelada data de hace 55 millones de años luz.
Rojas explica que “en realidad estamos mirando hacia el pasado, lo que no significa que este agujero negro supermasivo no exista”.
La imagen difundida ayer "nos permite ver el disco de gas brillante alrededor del agujero negro, y una especie de sombra oscura que está en el lugar donde se encuentra el agujero negro. La idea es avanzar en la resolución de estas imágenes para saber más acerca de estos objetos. Aún no sabemos qué ocurre al interior de estos objetos, solo tenemos lo que nos dicen las ecuaciones: que la materia seguiría cayendo para siempre, cada vez más adentro", agrega Rojas. ●