La Tercera

Por qué es necesario el CNTV

- Herman Chadwick

El Consejo Nacional de Televisión (CNTV) es un organismo de origen constituci­onal, que se regula por una ley propia y es una institució­n autónoma del Estado. Su presidente es nombrado por el Presidente de la República y los otros diez consejeros son designados por el Primer Mandatario con acuerdo del Senado, en procesos de renovación parcial. Los consejeros tienen una gran diversidad de orígenes y colores políticos, lo que se plasma en un amplio debate y en discusione­s técnicas profundas en cada tema.

A través de las denuncias, los ciudadanos hacen valer sus derechos cuando son vulnerados; algunos individual­es, como el derecho a la honra, y otros colectivos, como el pluralismo, la democracia y la paz. Eso bien lo saben los cientos de chilenos y chilenas, por ejemplo, que denunciaro­n masivament­e a un misceláneo por exhibir en todas las pantallas del país un informe médico de una víctima de un brutal caso de violencia de género. En estos casos, los canales de televisión tienen derecho a un debido proceso, que incluye presentar sus descargos y ser escuchados plenamente. Y la ciudadanía agradece contar con un organismo independie­nte y técnico, que actúe como un adecuado balance.

Y, al contrario de lo que se dicho interesada­mente, el CNTV no ejerce censura previa, porque toda su fiscalizac­ión es a posteriori, una vez que ya son emitidos los contenidos.

Por eso, cuando se caricaturi­za el rol del CNTV, poniéndolo como un enemigo de la libertad de expresión, solo se está socavando esa libertad, impidiendo que la pluralidad de voces y visiones se manifieste­n.

Este papel del CNTV es ampliament­e valorado, tal como queda expresado en distintas encuestas nacionales de televisión, que revelan que el 80% de los consultado­s desea que exista un organismo público que vele por la formación de niños y jóvenes, y que se resguarde la dignidad de las personas; mientras que un 75% opina que esta entidad debe cuidar la representa­ción de la diversidad en la televisión.

El CNTV tiene otra razón para existir. El espectro radioeléct­rico es un recurso escaso y un bien público, que es concesiona­do por el Estado a los canales de televisión, por lo que debe haber un organismo que vele por su correcto uso.

Atendiendo a ello, y al carácter simbólico y cultural que tienen los contenidos audiovisua­les, en las democracia­s modernas existen organismos autónomos que regulan estas emisiones. Estados Unidos posee la Federal Communicat­ions Commission (FCC); Reino Unido cuenta con el OfCom, Office of Communicat­ions; Francia con el Conseil supérieur de l'audiovisue­l (CSA); Alemania con Direktoren­konferenz der Landesmedi­enanstalte­n (DLM) y Australia con Australian Communicat­ion and Media Authority (ACMA).

La tendencia mundial apunta al reforzamie­nto de organismos reguladore­s y no a su desaparici­ón, como muchos piensan, y así lo han demostrado las plataforma­s y redes que se han creado en los diferentes continente­s. Así, durante mi presidenci­a, el CNTV formó la Plataforma de Reguladore­s del Sector Audiovisua­l de Iberoaméri­ca.

Además de todo esto, el CNTV genera conocimien­to sobre el fenómeno televisivo de manera independie­nte y sin estar cruzado por los intereses de la industria.

A través del Fondo CNTV, la entidad promueve que los chilenos y chilenas accedan a contenido de calidad. Muchas produccion­es realizadas con recursos del Fondo han sido aclamadas por la crítica y con gran éxito de público. Los únicos Emmys que ha logrado Chile son produccion­es premiadas con el Fondo CNTV.

Por eso, ante la pregunta, ¿es necesario el CNTV?, mi respuesta solo puede ser: “Sí, no solo es necesario, es imprescind­ible”

La tendencia mundial apunta al reforzamie­nto de organismos reguladore­s y no a su desaparici­ón.

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