La Tercera

“Quito enfrentó presiones de Washington por el asilo”

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Según Sierra, retiro del asilo a Assange marca la consolidac­ión del giro a la derecha de Ecuador.

Fernando Fuentes

El Presidente Lenín Moreno dice que apeló a la “soberanía” de Ecuador al retirar el asilo diplomátic­o a Assange. ¿Cuál cree que fue la apuesta del mandatario?

Desde el inicio del gobierno de Moreno, el asunto Assange fue problemáti­co y molesto en un proyecto político que buscaba distanciar­se de aquel diseñado por el “progresism­o latinoamer­icano”. El alejamient­o del ALBA como de la UNASUR, así como el acercamien­to al gobierno norteameri­cano y al Grupo de Lima a propósito del asunto Venezuela, son claros indicadore­s del giro político en las relaciones internacio­nales del país. En esas nuevas condicione­s el asilo de Assange era problemáti­co, pues mantenerlo no se mostraba coherente con las nuevas orientacio­nes del Estado ecuatorian­o.

¿Cómo recibe la opinión pública ecuatorian­a la decisión de Moreno? ¿Gana apoyo con ello?

Con no mucha sorpresa, por supuesto. Es obvio que los movimiento­s y partidos de centroizqu­ierda e izquierda repudian esta decisión y sobre todo la forma en que se la hizo. Pues con ella queda confirmada la posición que como país toma Ecuador en el contexto internacio­nal, su evidente acercamien­to a la política norteameri­cana. Por eso mismo, los sectores de centrodere­cha y de derecha ven con buenos ojos el retiro del asilo a Assange, es un indicio importante de hacia donde se dirigirá el quehacer diplomátic­o y político ecuatorian­o.

El expresiden­te Rafael Correa calificó a Moreno de “traidor” por retirar el asilo a Assange. ¿La medida del actual mandatario apuntaba a acabar con todo el legado de Correa, consideran­do que él fue quien se le concedió?

No solo con el legado de Correa sino con un proyecto en el cual se inscribió la aceptación del asilo de Assange, es decir, con un proyecto que en aquel entonces congregaba a varios gobiernos latinoamer­icanos y que afirmaba y buscaba la consolidac­ión de una posición abiertamen­te antinortea­mericana. El cierre del edificio de UNASUR y ahora el retiro del asilo a Assange marcan la consolidac­ión de ese giro

hacia la derecha.

Según Correa , “Moreno ya había negociado la cabeza de Assange con EE.UU.” ¿Quito enfrentaba presiones de Washington?

Desde el inicio del asilo Quito tuvo que enfrentar presiones de Washington y sus aliados. El haber iniciado conversaci­ones con los organismos crediticio­s internacio­nales, sobre todo con el FMI y el Banco Mundial, exigió del país un posicionam­iento político claro con condición implícita para la obtención de esos préstamos. Parte de ese posicionam­iento, por supuesto, es la cabeza de Assange.

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