La Iglesia y las víctimas de Karadima
El prelado llegó ayer de su viaje al Vaticano y de inmediato partió a reunirse con las víctimas de Fernando Karadima.
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Celestino Aós se reunió ayer con Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo. Ezzati nunca lo hizo.
“No traigo el informe Scicluna y tampoco lo he leído. Ese documento fue encargado expresamente para el Santo Padre, tiene información que las víctimas entregaron con esa condición”, dijo el administrador apostólico de Santiago, Celestino Aós, al aterrizar ayer por la mañana en Chile, tras su visita de 10 días al Vaticano.
Allí, se reunió con el Papa Francisco, el arzobispo Charles Scicluna y miembros de las distintas congregaciones. Fue un trabajo ejecutivo. Uno de sus objetivos era encontrar la forma de corregir los errores de la Iglesia de Santiago, tan fuertemente golpeada por casos como Karadima y Oscar Muñoz. En resumen, no era un viaje solo pastoral. También para pedir ayuda.
“Quiero recalcar que en todas partes encontré el deseo de colaborar y ayudarnos. Ellos saben que vivimos algunas situaciones complicadas, difíciles, dolorosas, que tenemos que encontrar soluciones, y están dispuestos a ayudarnos”, comentó en Pudahuel. iglesia capitalina el pasado 23 de marzo. Y en 20 días de gestión no ha parado de coordinar reuniones, dar gestos y enviar mensajes.
Ayer, por ejemplo, tras su regreso, partió de inmediato a un inédito encuentro con las víctimas de Fernando Karadima, en la propia sede de la Fundación para la Confianza. “Qué pasó, por qué pasó y qué podemos hacer para que esto no se repita, para que el dolor que padecieron ellos no lo padezca nadie más”, explicó.
Allí se juntó con James Hamilton, Juan Carlos Cruz y José Andrés Murillo, donde les pidió perdón por las faltas cometidas por la Iglesia.
Según las víctimas, este hecho demuestra un cambio importante en cuanto al trato que les ha dado la Iglesia a los casos de abuso. “Fue una actitud muy notable y loable. Al mismo tiempo, vimos que hoy es el tiempo de la verdad, justicia y reparación”, dijo Hamilton, al concluir la reunión.
Murillo aseguró que “siempre decimos que las palabras se acabaron, que la Iglesia llegó tarde y hoy son necesarias las acciones, y me parece que esto, el hecho de venir acá, es una acción”.
Según los denunciantes, el primer hito que demostró la disposición del obispo para comenzar una nueva etapa en el Arzobispado de Santiago fue su anuncio del 27 de marzo pasado, cuando informó que aceptaba la condena de la Corte de Apelaciones en contra de la Iglesia que los obligaba a pagar una indemnización de $ 300 millones a los tres denunciantes. “El gesto de no apelar para no seguir golpeándonos y tratándonos mal me parece que también es una acción”, destacó Murillo.
Otro hecho que se considera como uno de sus hitos ocurrió cuatro días después de asumir el cargo, cuando visitó la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, de El Bosque, epicentro de los abusos de Karadima, para reunirse con un grupo de sacerdotes que fueron víctimas del expárroco.
Exposición mediática
Durante los días que estuvo en Chile, antes de viajar al Vaticano, Aós realizó diferentes actividades con la comunidad católica. Celebró misas pidiendo perdón por los abusos, visitó la hospedería Pablo Alvarado Lavín y realizó un recorrido por el sector de Vivaceta y el Hipódromo Chile, donde conversó con personas en situación de calle.
A sus quehaceres se sumaron un encuentro con el Clero de Santiago, en el cual participaron más de 200 sacerdotes, y una reunión con los fiscales Jorge Abbott, Emiliano Arias, Xavier Armendáriz y Raúl Guzmán, para escuchar sus propuestas y requerimientos sobre las indagatorias por abusos. Incluso hubo gestos repentinos, como el del 30 de marzo, cuando celebró misa en el Campus Oriente de la UC y una vez finalizada salió al patio a hablar con alumnos.
“Pasó de ser un obispo desconocido en su propio Copiapó a ser noticia casi todos los días. Y esto es un buen cambio”, dijo Juan Carlos Claret, laico de Osorno.
Jaime Concha, denunciante Marista, prefirió tomar más distancia: “Espero que pase a los hechos concretos. Creo que llegar con las manos vacías desde el Vaticano y muchas palabras de buenas intenciones no nos sirve”. También pidió que reciba a otras víctimas de abusos de clérigos.b