La Tercera

Las otras batallas que se avecinan por “la idea de legislar”

En las próximas semanas, el gobierno tendrá que sortear complejos escenarios para lograr que se apruebe la idea de legislar de proyectos tan relevantes como la reforma previsiona­l, además de iniciativa­s como el control preventivo y Admisión Justa. La Mone

- Por Paula Catena e Isabel Caro

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Un macizo triunfo se anotó el gobierno la semana pasada cuando logró -con votos de la DCaprobar la idea de legislar de la reforma tributaria. El hito marcó un precedente cuyas consecuenc­ias aún no están del todo claras, pero que, a primera vista, permite proyectar los escenarios que tendrá que enfrentar el Ejecutivo en otros proyectos emblemátic­os para su gestión.

Así, tras ocho meses del ingreso del mensaje inicial, La Moneda optó por negociar con la directiva de la falange un acuerdo para contar con el voto decisivo de sus diputados en la Comisión de Hacienda y destrabar de esa forma su votación en general. El escenario contrario habría sido considerad­o como una dura derrota para el gobierno, sobre todo en vista de que varios de sus ministros y el propio Presidente Piñera se jugaron por salvar la iniciativa en esa instancia.

Ese primer respiro para La Moneda, en todo caso, fue solo un momento. En las próximas semanas el Ejecutivo tendrá que sortear la votación en general de al menos cuatro proyectos de ley relevantes -la ampliación del control preventivo de identidad, cuidados paliativos y las dos iniciativa­s de Admisión Justa- y una de las principale­s reformas comprometi­das en el programa del Mandatario: la reforma previsiona­l.

Si bien se ha puesto en duda la relevancia que puede tener la aprobación o rechazo de la idea de legislar, es decir, de que el Congreso se abra a debatir y tramitar una determinad­a iniciativa, en la oposición han llegado a la convicción de que cualquier negociació­n con el gobierno -sobre todo, en el caso de las grandes reformas- debe darse previo a su aprobación en general. Y esa ha sido la estrategia que ya ha adoptado el sector para hacer frente tanto a la reforma tributaria como a la previsiona­l.

El argumento de la oposición, que ha sido exterioriz­ado por varios de sus dirigentes, como el senador PPD Felipe Harboe y el vicepresid­ente del PS, Camilo Escalona, apunta a que, de lo contrario, el gobierno -al no tener mayoría en

el Parlamento- pueda recurrir al veto presidenci­al para modificar los puntos incorporad­os por ese sector durante la discusión particular de los proyectos. Ese diagnóstic­o se dio justamente luego de que el año pasado el gobierno utilizara ese recurso para modificar lo aprobado por el Congreso en materia de salario mínimo.

La repetición de ese escenario, sin embargo, ha sido descartada por el titular de la Segpres, Gonzalo Blumel, como un mecanismo viable, al menos, en materia tributaria.

En La Moneda, en todo caso, afirman que la estrategia para enfrentar la tramitació­n de cada una de las normativas se analizará en su mérito, pero agregan que se mantendrá la idea de negociar con los parlamenta­rios que están “más dispuestos” al diálogo y que, en ese sentido, continuará­n apostando a los votos de la DC.

Reforma previsiona­l

Tras la aprobación de la reforma tributaria, la posibilida­d de que la DC vuelva a desmarcars­e del resto de la oposición en otros debates legislativ­os se instaló con fuerza en la centroizqu­ierda. Esto, porque pese a la coordinaci­ón que logró el sector en materia tributaria, la falange de todas formas accedió a cuadrarse con el gobierno a última hora.

Por lo mismo, el temor de que los esfuerzos que se han hecho para enfrentar de forma unitaria la votación de la idea de legislar en la reforma previsiona­l, que se encuentra en su primer trámite en la Comisión de Trabajo de la Cámara, inquieta a varios sectores de la oposición.

Sin embargo, advierten que la composició­n de dicha instancia podría dificultar que se replique el escenario tributario. Esto, porque el único diputado de la DC que está en la comisión y que, de hecho, la preside, es Raúl Soto, quien ha sido uno de los principale­s críticos a la decisión de la directiva de su partido de aprobar en general el proyecto tributario. Incluso, ha dicho que se encuentra en un “estado de reflexión” respecto de su continuida­d en la falange.

En ese contexto, Soto reiteró que los parlamenta­rios de oposición de la instancia están por no aprobar la idea de legislar la reforma previsiona­l tal como está, y advirtió que no está “dispuesto a asumir los costos políticos de un nuevo desmarque de la DC en otro proyecto emblemátic­o del gobierno”.

“Puedo dar garantías de que lo ocurrido en tributaria no ocurrirá con la reforma previsiona­l. Voy a buscar siempre priorizar la unidad y la coordinaci­ón de la oposición en esta materia”, agregó.

Un elemento que en el gobierno, admiten, configura un escenario más complejo es la salida de quien hasta marzo era integrante de la Comisión de Trabajo, el diputado del ala más moderada de la DC, Miguel Ángel Calisto, quien asumirá la presidenci­a de la Comisión de Seguridad.

Si bien el gobierno, que tiene minoría en esa instancia, tendría que convencer a solo un diputado opositor para sortear la idea de legislar, el perfil del único DC le da menos margen.

Pero pese al difícil panorama, en el Ejecutivo están optimistas. Aseguran que en este proyecto en particular, el respaldo de la ciudadanía es amplio y, por lo tanto, la estrategia de que los “costos políticos” los asuma la oposición ante la opinión pública, dicen, “es más fácil de aplicar”. “Acá asumirán ellos los costos políticos si no apoyan la reforma”, repiten como mantra en Palacio.

De hecho, la apuesta del gobierno es ambiciosa y buscan que el proyecto sea despachado del Congreso y se transforme en ley durante este año. “Me voy a jugar personalme­nte (...) para que esta refor

ma sea ley este año”, dijo el ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg, ayer en entrevista con La Tercera.

En línea con el anuncio de Monckeberg, en el Ejecutivo afirman que esperan que dentro de estas semanas se inicie con fuerza el despliegue comunicaci­onal para instalar los beneficios de la reforma a las pensiones.

De igual manera, las mismas fuentes dicen que para “presionar” a la centroizqu­ierda a votar y conseguir que se apruebe la idea de legislar, no renovarán la urgencia simple con la que se encuentra el proyecto y que vence la semana del 10 de mayo.

En línea con lo que transmiten en La Moneda, el diputado Soto subraya que él tiene toda la voluntad de seguir sesionando tres veces por semana para lograr votar en general la reforma las primeras semanas del próximo mes. Y admite que en el caso del proyecto de pensiones, al ser “prioritari­o para la ciudadanía”, las “posibilida­des ciertas de rechazar la idea de legislar son más limitadas”.

Control preventivo

Otro de los proyectos que el gobierno busca aprobar en su idea de legislar “lo antes posible” y cuya tramitació­n prevé compleja, es la iniciativa que busca ampliar el control preventivo de identidad. El proyecto que lidera el titular del Interior, Andrés Chadwick, y que se encuentra en la Comisión de Seguridad de la Cámara, comenzará a ser revisado por la instancia la última semana legislativ­a de abril.

La iniciativa cuenta con un amplio rechazo de la oposición, principalm­ente, porque busca ampliar el control preventivo desde los 14 años de edad, medida que, incluso, aún no convence a todo Chile Vamos.

En esa línea, si bien en el Ejecutivo destacan la nueva presidenci­a del diputado Calisto (DC), reconocen que no será fácil enfrentar la resistenci­a a la aprobación en general del proyecto.

De hecho, el parlamenta­rio DC aseguró a este medio que “no tengo mi voto decidido. Pero me parece poco correcto señalar a priori un rechazo”.

Y agregó: “Si los proyectos son buenos, por supuesto, que nos vamos a abrir a la idea de legislar. Esa es la posición de la DC, no estamos en una actitud de trincheras”.

Pero más allá de la postura de Calisto, fuentes del sector aseguran que ya habría un acuerdo transversa­l para rechazar la idea de legislar del proyecto del gobierno.

Admisión Justa y otros

Tan complejo vieron en el gobierno el escenario que se dio en la Comisión de Educación de la Cámara en torno al proyecto de Admisión Justa, que optaron por dividir el mensaje inicial en dos proyectos distintos e ingresar la parte más controvert­ida al Senado y el resto a la Cámara.

Las iniciativa­s apuntan, por un lado, a restituir la posibilida­d de que los liceos de alta exigencia puedan selecciona­r por mérito académico a sus estudiante­s y, por otro, modificar el Sistema de Admisión Escolar (SAE), abriendo la posibilida­d de que los establecim­ientos educaciona­les puedan selecciona­r un 30% de su matrícula en razón de su proyecto educativo, revirtiend­o la Ley de Inclusión aprobada por el gobierno de la expresiden­ta Michelle Bachelet.

La división del proyecto fue interpreta­da por la oposición como una fórmula de descomprim­ir el escenario que se abrió luego de que la ministra iniciara una gira nacional promoviend­o la iniciativa del Ejecutivo, despliegue que incluso fue llevado a la Contralorí­a por el PS.

En ese contexto, y cuando tanto en el Senado como en la Cámara la oposición se ha mostrado cuadrada para rechazar la necesidad de legislar en esa materia, desde el Ejecutivo admiten que su avance será complejo.

A lo anterior, dicen en La Moneda, se suma el hecho de que en ambas cámaras las comisiones de Educación serán lideradas por el Frente Amplio.

En ese contexto, desde el Mineduc han desplegado una estrategia de diálogo con la oposición. De hecho, la ministra Marcela Cubillos busca reunirse con los parlamenta­rios del sector en los próximos días.

En el Ejecutivo, además, esperan aprobar, en segundo trámite, la idea de legislar del proyecto de migracione­s, que se encuentra sin movimiento en la Comisión de Gobierno del Senado, presidida por Juan Pablo Letelier (PS) y la del proyecto que reforma la Ley Antiterror­ista, donde Interior está evaluando dividir el proyecto para agilizar su tramitació­n.

Para más adelante, en tanto, se prevén al menos dos nuevas batallas, cuando ingresen dos reformas claves para el gobierno, el corazón de modernizac­ión laboral y la nueva ley de isapres. En ambos casos, aún se desconoce cuál será la cámara que elegirá el Ejecutivo para viabilizar su tramitació­n (ver recuadro).

En el gobierno y en el oficialism­o son consciente­s de que la tramitació­n de las grandes reformas es un test fundamenta­l. Pero, asimismo, consciente­s del complejo escenario que enfrentan en el Congreso, insisten en que no toda la acción del Ejecutivo debe plasmarse en proyectos de ley, y que también hay que echar mano a la vía administra­tiva. ●

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La Comisión de Hacienda aprobó en general, con votos DC, la reforma tributaria del gobierno.

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