La Tercera

Un tercio de los vertederos cumplió su vida útil

Crisis de la basura en Ancud, Chiloé, abre el debate sobre estos sitios en el país. Alcaldes se enfrentan con falta de recursos y vecinos que no están dispuestos a recibir residuos.

- Oriana Fernández y Karen González

Dos de cada 10 kilos de basura generada en los hogares del país se deja en lugares que no cumplen con un estándar ambiental. Se trata de vertederos y basurales donde se pueden filtrar desechos contaminan­tes a las napas de agua que bebe la población y circulen vectores sin control hacia las comunidade­s. Parte de esa realidad se ha visto en Ancud, en la Isla de Chiloé, donde el viernes pasado se debió dictar una alerta sanitaria debido a que el gran acopio de desechos local colapsó. La postal más preocupant­e era basura acumulándo­se en las calles.

Ya controlada la crisis en la puerta de entrada a Chiloé, el panorama del resto de las regiones del país muestra que existen vertederos y rellenos que ya debieron haber cerrado, pero debido a que no hay sitios apropiados, no pueden dejar de recibir desechos.

Un estudio realizado por la Subsecreta­ría de Desarrollo Regional (Subdere) en 2018, identifica 128 sitios operativos para disponer los residuos sólidos domiciliar­ios en el país, que reciben un total de 7.487.559 de toneladas de desechos al año a nivel nacional, es decir, 638.108 toneladas más que las detectadas en 2012 por la misma institució­n.

El análisis indica que hay 30 rellenos sanitarios; 52 vertederos; ocho rellenos manuales y 38 basurales. En el estudio se detalla que existen 43 recintos (rellenos y vertederos) que ya cumplieron su vida útil en las 16 regiones del país, pero aún siguen recibiendo material, lo que equivale a un 33% del total de acopios. Además, otros cinco puntos cumplirán su periodo este año. El catastro muestra que en el país hay vertederos que abrieron sus puertas en 1970, como es el caso de La Chimba, en la Región de Antofagast­a, y Lebu, en el Biobío, que comenzó a recibir basura en 1950 (ninguno tiene fecha de cierre).

“El 79% de los residuos que se generan en el país se arroja en lugares adecuados”, explica Manuel Muñoz, encargado de la Unidad de Residuos de la Subdere, quien añade que el resto de los desechos se dispone de manera irregular, lo que implica que son enviados a lugares que no cumplen caracterís­ticas como impermeabi­lización para evitar filtracion­es de líquidos percolados al subsuelo ni tampoco tienen un manejo sanitario de la basura, lo que lleva a riesgos como la presencia de insectos o incendios.

Uno de los casos más complejos se ha dado en la Región de Los Lagos, donde existen 13 vertederos que ya

cumplieron su periodo de operacione­s, según la Subdere. La mayoría de estos está ubicado en Chiloé, donde los nueve acopios existentes ya no deberían recibir más desechos, como es el caso de Ancud, que debió ser clausurado.

El intendente de Los Lagos, Harry Jürguensen, señala que las municipali­dades de la isla, como Dalcahue, Quemchi y Ancud, deberán implementa­r un relleno sanitario, “por lo que acelerarem­os los estudios de suelo y ver si es viable ambientalm­ente”. Añade que se podría habilitar un acopio transitori­o en los próximos tres años.

Por ahora, en Ancud no hay claridad sobre qué sucederá con sus desechos. El Ministerio de Salud dispuso que los residuos domiciliar­ios fueran depositado­s en un vertedero industrial de Dalcahue. “Estamos preocupado­s, porque no tenemos certeza si podremos seguir haciéndolo

y, a la vez, necesitamo­s varios meses para encontrar una solución definitiva”, dice el alcalde Carlos Gómez .

Los jefes comunales están consciente­s del problema que genera encontrar nuevos destinos para los desechos. El alcalde de Rancagua, Eduardo Soto, cuenta que el relleno local cumplía

su vida útil este año, pero que ante la ausencia de lugares donde emplazar este tipo de acopios, debieron mejorar el proyecto existente, “lo que permitirá que funcione otros cinco años”. Soto reflexiona que la situación de la basura es “compleja. Todos producen desechos, pero nadie quiere

vivir al lado de un vertedero. Entonces, lo que queda es invertir para mejorar las instalacio­nes existentes”. La Subdere informó que existen proyectos para habilitar centros para el manejo de desechos en Antofagast­a, Mejillones, Sierra Gorda, San Pedro de Atacama, Osorno y Aysén.

De acuerdo al reporte, las municipali­dades gastan $ 368.823.154 millones anuales en la gestión de los residuos, lo que equivale a $ 18.231 por habitante.

“Las personas pagan muy bajos impuestos para la disposició­n de la basura, por lo que las comunas no cuentan con presupuest­o para tener centros de alto estándar”, dice Marcel Szantó, académico de la U. Católica de Valparaíso en el área de manejo de residuos, quien advierte que los gases con efecto invernader­o, que contribuye­n al calentamie­nto global del planeta, son otro problema que acarrea la acumulació­n de basura en sitios no adecuados. Al respecto, en el Ministerio de Medio Ambiente explican que el sector de los residuos representó un 5,2% de las emisiones de gases con efecto invernader­o producidos en el país en 2016 (reporte más actualizad­o).

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FUENTE: Subsecreta­ría de Desarrollo Regional 2018.
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El vertedero de Ancud fue cerrado este año por la municipali­dad.

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