Instituto Nacional
SEÑOR DIRECTOR
Hemos visto con tristeza, rabia y preocupación los últimos hechos ocurridos en el Instituto Nacional. A las imágenes de hace algunos meses con encapuchados lanzando bombas molotov que provocaron daños importantes en la infraestructura del colegio, ahora algunos violentos han llegado al extremo de provocar un incendio en una de las inspectorías del colegio.
Quienes hemos pasado por las aulas del Instituto, entendemos el aporte que ha significado para Chile y para las miles de familias que han visto en él una oportunidad para que sus hijos puedan acceder a la educación superior.
Hoy vemos con dolor como algunos quieren destruir el colegio con violencia, pasando a llevar su historia, afectando las oportunidades de miles de jóvenes y también el trabajo de un centenar de profesores. Un ejemplo de esto fue la suspensión de clases el miércoles pasado, ante el peligro de incendio de la histórica biblioteca.
Quienes han usado la violencia para manifestarse deben ser apartados de la institución, porque no tienen el derecho a quebrar ni poner en jaque el enorme aporte que ha significado el Instituto Nacional. Tampoco es aceptable el discurso que legitima esta violencia ni los respaldos externos e internos que trabajan en la destrucción del colegio.
El Instituto Nacional tiene profesores, administrativos, apoderados y estudiantes comprometidos con Chile y la educación. Hoy requieren apoyo de las autoridades, comunidad escolar y exalumnos para derrotar la violencia y el proceso de destrucción de nuestro querido establecimiento, que sigue llamado a ser un lugar de educación y oportunidades y no un foco de incendios y violencia. Debemos estar en el lado correcto de la historia y no equivocarnos en esta hora decisiva para el Instituto Nacional y para Chile.
Jorge Acosta, Julio Isamit y José Francisco Lagos
Exalumnos institutanos