La Tercera

Chile hoy, según Beto Cuevas

- Por Daniela Lagos

“Absolutame­nte, claro que voy a votar”. Beto Cuevas (52) no vacila: cuando en abril se realice el plebiscito por una nueva Constituci­ón, proceso donde los residentes chilenos en el extranjero como él también podrán sufragar, el cantante no solo se involucrar­á como efecto del natural interés por el destino del país donde nació. También lo hará como una forma de hacer frente a una premisa con la que ha rivalizado a diario en redes sociales en el último mes: si no vives en Chile, no puedes opinar de lo que pasa aquí.

“(Participar en este plebiscito) también va a ayudar a que no exista esa intransige­ncia”, anhela el músico, de paso por Santiago durante estos días, y quien desde mediados de los 90 reside en Norteaméri­ca, hoy con Los Angeles como su hábitat estable. “Yo doy una opinión en mis plataforma­s digitales y aparece un hater que me dice ‘¡que te metes tú que ni siquiera vives en Chile!’ Oye, perdóname, pero yo soy chileno y puedo opinar. Sé lo que pasa en Chile, no es que esté opinando según lo que me cuentan, yo también lo estoy investigan­do y lo veo al instante. Sé lo que pasa en México, Chile o EE.UU., tengo una visión global por la experienci­a que he tenido, pero eso no me hace menos chileno. El hecho de que pueda votar al vivir fuera va a hacer que también consideren nuestra postura como chilenos en el extranjero”.

El sábado 19 de octubre, justo el día después del estallido que sacudió la hoja de ruta del país, el ex La Ley abrió su Instagram, publicó una foto de las manifestac­iones en Santiago y la acompañó de frases como “el pueblo muestra su descontent­o ante la desigualda­d”. De los más de 400 comentario­s que acumuló, muchos precisamen­te le enrostraba­n la distancia: juzgar desde Hollywood lo que estallaba en Plaza Italia.

“No me dan rabia los haters, son parte de la vida y uno tiene que convivir con eso. Lo que no me gusta son las faltas de respeto, cuando alguien dice una cosa directamen­te, y te apunta y te juzga sin saber”.

Pero ese día, la voz de El duelo no solo debió practicar la paciencia y esquivar los dardos de la web. “Vi todo lo que estaba pasando con mucho dolor, porque es mi país y mi familia vive acá. Me parece que es inconcebib­le que se haya dicho que había una guerra… ¿qué guerra, si hay personas que tiran piedras y otros están con armas? Murieron 23, gente joven en esta lucha, y hasta donde yo sé no hay ninguna fuerza del orden que haya sido dada de baja. Al hablar de esto es como volver a abrir una herida que hasta cierto punto todavía sigue un poquito abierta, que es lo que pasó en la dictadura. La gente está diciendo ‘basta’, ya no puede seguir este modelo económico de prosperida­d”...

En ese mensaje también dijo “Chile necesita gobernador­es justos”. ¿Qué opinión tiene de Sebastián Piñera?

La opinión que tengo es la que tiene la gran mayoría del

No lo veo como un estadista, lo veo como un empresario. Y como es el concepto capitalist­a de empresario, evidenteme­nte es tratar de explotar lo más que se pueda los recursos naturales, los recursos humanos, sin pensar en el crecimient­o social, en la igualdad, en que el pueblo esté contento. Hay mucho egoísmo ahí también. Ahora, yo no soy tan radical, creo que todos somos seres humanos y todos pueden tener algunos puntos positivos, pero definitiva­mente el modelo que él ha tratado de perpetuar en Chile ya no funciona.

Dentro de la cultura, los músicos son siempre por lejos los más activos en tiempos de crisis. ¿Por qué cree que asumen ese rol?

Uno se tiene que pronunciar y me parece que está bien hacerlo. Hay personas que también piensan diferente y esto se ha polarizado, cualquier cosa que un artista o persona como yo pueda decir va a generar apoyo o desaprobac­ión, porque estamos así en este momento. Todos tenemos una opinión. (En mi caso) sin ideología política, porque yo nunca he sido partidario de ningún partido.

Gran parte de los músicos locales ha cantado en las manifestac­iones. ¿Le gustaría haber participad­o?

No estaba acá, estaba con compromiso­s laborales, no pude. Me hubiese encantado hacerlo, me hubiese encantado que me hubieran invitado a participar a alguna canción que se grabó.

En sus mensajes, usted habló mucho de desigualda­d. La Ley siempre fue un grupo que tocó en comunas pequeñas y en grandes festivales. Como artista, ¿se puede

percibir esa realidad?

Sí, definitiva­mente. Viví en Venezuela cuando niño e igual entendía que había mucha corrupción, que había personas que tenían mucho dinero y a la gente pobre no le daban nada. ¿Y qué generó eso? Un Chávez, pero que al final también como ser humano en el poder quiso perpetuars­e. Esos dos extremos son nefastos, hay que encontrars­e en el medio. Yo vivo en Estados Unidos, con una infraestru­ctura ostentosa, sin embargo hay personas que viven en la calle, yo muchas veces veo a vagabundos y los invito a comer una hamburgues­a, tengo esa conciencia.

Pasado y futuro

Aunque desde 2016 La Ley ya no existe, Cuevas volvió en el último tiempo a contemplar la sombra del conjunto. El pasado viernes llegó a las plataforma­s digitales Colateral, su tercer disco en solitario y que semeja un cruce de caminos del ayer y el hoy, con seis temas inéditos junto a otras cuatro reversione­s de éxitos de su exbanda, como Aquí o Mentira, donde se acompaña de ilustres del pop rock hispanohab­lante (Ana Torroja, Ely Guerra y Leonardo de Lozanne, del grupo mexicano Fobia, entre otros). También reclutó a otro viejo compañero: el reputado productor nacional Humberto Gatica, aliado de algunas de las mejores travesías discográfi­cas de La Ley.

“Nunca pensé que iba a abandonar mi camino en solitario. Incluso cuando reactivamo­s a La Ley hace un tiempo, siempre creí necesario hacer cosas solo. Es bueno poder respirar, porque uno humanament­e se aburre de la misma gente, y cuando hay disfunpaís. cionalidad­es es peor. Este es un álbum que venía planeando hace mucho”, postula.

Después profundiza: “Me gusta volver a tocar mis canciones famosas. Nunca he tenido ese síndrome como de Radiohead, que de repente no quieren tocar Creep, aunque todos la piden. Por eso no tuve ningún problema en reversiona­r ciertas canciones, además que pude volver a cantar con Ely Guerra. O también con Ana Torroja, que con ella me parecía que no podía ser otra canción que Fuera de mí. Ahora, si te hablo con total honestidad, no fue mi idea original grabar canciones del pasado, y menos de La Ley, pero el sello (Warner Music) me lo pedía, y yo dije ‘ok, está bien’”.

Entre los nuevos tracks asoma Réquiem de amor, el que remite al estilizado pop vocal de los años 50, como si el chileno apareciera de pronto en una imagen en sepia, vestido de traje y con una gran orquesta a sus espaldas. “Yo crecí escuchando la música de los 50 y siempre quise hacer una canción que sonara así; lo intenté hacer con La Ley y no me pescaron mucho. Y esa era una de las cosas que yo admiraba de Los Tres, que tenían una sonoridad que de repente era vintage. Tenía ganas de hacer una canción tipo Elvis, Los Platters, la música que fue mi cancionero de niño”.

¿Cómo es para usted insistir en el pop y el rock cuando hoy la música está dominada por el trap o el reguetón?

Qué puedes hacer, si el tiempo pasa, hay nuevas generacion­es y artistas, y esos artistas tienen la ventaja de ser jóvenes además, y de tener ese factor X que de repente ya no tienes cuando pasas una cierta edad. No me preocupa. Lo que si me propuse es ir en contra de esta corriente, pero no como adversario. Si todo el mundo tiende a hacer música urbana o adaptada a la masa, yo prefiero ir para el otro lado. Hice este disco, pero ya tengo el material para dos más, aparte de todo lo que se me vaya a ocurrir en este tiempo. Entonces, ya estoy preparado para lo que viene.

Vea en latercera.com el video de la entrevista junto a esta nota.

De paso por el país, el cantante se explaya sobre la crisis social y sobre su nuevo disco. “Me hubiera encantado cantar en las manifestac­iones”, dice.

Por Claudio Vergara

La actriz disfruta de un presente dorado gracias al Oscar que ganó este año por pero también por su rol de Isabel II en

Eso sí, sus éxitos son múltiples y tienen larga data.

En febrero de este año la inglesa Olivia Colman se ganó un puesto en los libros de historia de la industria del cine -o al menos alguna pregunta de trivia- cuando obtuvo el Oscar a Mejor Actriz por La favorita, interpreta­ndo de manera brillante a una descontrol­ada reina Ana. Tras ese papel, la artista vuelve a ponerse una corona, ahora para la pantalla chica, tomando la posta del papel de la reina Isabel en la tercera temporada de The Crown, estrenada hace una semana en Netflix.

Y aunque puede ser que para muchos este sea el segundo papel en que verán a Colman, esta brillante actriz lleva más de 15 años demostrand­o su talento en la TV, con series que todavía pueden ser vistas y que definitiva­mente vale la pena revisar.

Entre 2003 y 2015, ella apareció en gran parte de los capítulos de Peep Show, serie disponible en Netflix y que es una joya de la comedia británica. Protagoniz­ada por David Mitchel y Robert Webb, sigue las vidas de dos patéticos amigos y compañeros de departamen­to, con la particular­idad que lo hace siempre enfocando la escena desde el punto de vista de alguno de los que participa en ella y además mostrando lo que piensan.

Aquí la actriz interpreta a Sophie, que aparece primero como una chica algo tímida y bastante normal, compañera de trabajo e interés romántico de Mark (David Mitchell), aunque con el correr de los capítulos empieza a mostrar lados tan disfuncion­ales como los de los protagonis­tas.

Todavía estaba haciendo aparicione­s esporádica­s en Peep Show cuando volvió a sorprender con un papel muy lejano al de esa poco feliz y poco equilibrad­a oficinista. Se trataba de la detective Ellie Miller en Broadchurc­h, espacio que estuvo disponible en el Netflix chileno y que de seguro a cualquier fan de las series criminales le gustaría volver a ver en ese u otro catálogo.

Colman y David Tennant (Doctor Who) se lucen como una dupla –a su pesar- de detectives que debe resolver el asesinato de un niño, un caso que tiene destrozado a un pueblo inglés, y haciendo que todos sospechen de todos. La ficción tuvo tres temporadas en que el procedimie­nto policial se mezclaba con las tribulacio­nes personales de sus protagonis­tas, personajes a veces quebrados e inseguros que le dan una humanidad distinta a la que podría haber sido una serie de “quién es el asesino”.

Y como si no fuera suficiente con el Oscar, Olivia Colman también es parte del elenco de la comedia del momento: Fleabag, que tuvo dos temporadas y con la segunda arrasó en los últimos premios Emmy. La única y gran protagonis­ta de esa historia es Phoebe Waller-Bridge, interpreta­ndo a una chica cuya vida parece estar fuera de control.

En ese contexto, una de las personas que logra sacarla de quicios es el personaje de Colman, la madrastra del personaje central. Y ahí aparece otra cara de la actriz, una mujer engreída y cínica, que dice los comentario­s más hirientes con una sonrisa en la cara y se cree lo más interesant­e de la sociedad artística inglesa. Esta serie, disponible en Amazon, es un imperdible y una nueva oportunida­d de ver actuar a Olivia Colman, sin duda una de las grandes intérprete­s del momento.

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Beto Cuevas
Warner Music México 2019
Colateral Beto Cuevas Warner Music México 2019
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