¿REGRESO DE LAS INSTITUCIONES?
SEÑOR DIRECTOR
El Acuerdo por la Paz Social y la nueva Constitución tiene un significado especial. Es un primer intento serio por dar un cauce institucional a la crisis de gobernabilidad del país. Separa aguas respecto a la insurrección violenta contra el sistema político.
Implica volver a la deliberación, los acuerdos, las reglas y a la participación colectiva para avanzar hacia tres objetivos.
Primero, la profundización de la democracia como forma de organización de la sociedad y el Estado, en torno al ejercicio ampliado de derechos civiles, políticos y sociales. Supone modernizar el Estado de modo de aumentar su vinculación con la ciudadanía, efectividad de medios y fines y profesionalismo de la gestión. La nueva Constitución podría así fundar nuestra democracia del siglo XXI.
Segundo, dar nuevo impulso de justicia social y bienestar. Este se inició con la firma del “marco de entendimiento” entre senadores oficialistas, de oposición y el gobierno, y debe concretarse con la aprobación del presupuesto 2020. Manifiesta la voluntad de avanzar en materias de ingreso mínimo garantizado, pensiones, salud, medicamentos y transporte.
Tercero, una pacificación de la sociedad, expulsando de las calles la violencia, las asonadas, los secuestros, incendios y ataques a carabineros. Es imperativo hacerlo dentro del marco de la ley y sin violar los derechos de las personas.
Se debe ir hacia adelante, combinadamente, en estos tres frentes. Restablecer el orden es la prioridad. Dar conducción a la agenda social y constitucional es la tarea de fondo. Será extraordinariamente difícil combinar estas tareas. ¿Estarán a la altura nuestro gobierno, parlamentarios y partidos? Si no lo logran, se llenarán de vergüenza.
José Joaquín Brunner Académico UDP, exministro