“Es mejor que el Presidente no hable, que solo actúe”
El académico profundiza en las razones por las que cree necesario que el Mandatario no lidere los esfuerzos para salir de la actual crisis.
Octubre en Chile es el libro que el director del Instituto de Filosofía de la UDP, Hugo Herrera, presentará mañana en la sede del Congreso en Santiago y en el que aborda la actual crisis social y política. Sin militancia, pero reconocido como una de las nuevas voces de la intelectualidad de derecha, sostiene que lo que en un principio fue un alzamiento, hoy se ha transformado en una revuelta, pero no en una revolución. “Hasta ahora, hablaría más de revuelta que de revolución. Sería distinto si fuera ‘vamos a la casa de Piñera no a funarlo, sino a matarlo’”.
Usted hace un paralelo con la crisis del centenario de la independencia de 1910, con un aire poco optimista, ¿por qué?
No hay que menospreciar los alcances de esta crisis. Hay gente que piensa que esto va a pasar con la Navidad. No, creo que es una crisis de largo aliento y sus factores son difíciles de arreglar. Por un lado tienes un discurso economicista predominante; por otra parte, el discurso frenteamplista académico de Fernando Atria, muy extremo, que condena el mercado como institución. No es posible entender bien la realidad a partir de ninguno de ambos. Y hay unas élites que tendrán que ser parte de la solución, pero que son parte del problema. Y el resorte principal de la máquina -como la llamaba Portales-, la Presidencia de la República, no funciona.
Si “no funciona”, ¿qué rol puede jugar el Presidente?
Lo que hasta ahora ha hecho el Presidente es irresponsable. Lo más irresponsable es no tomarle el peso al símbolo de la Presidencia de la República, como el producto de un diseño del que se ocuparon mentes como Portales, Andrés Bello. Eso significa que la Presidencia no es simplemente la gerencia de una empresa. Es mucho más parecido al
puente de mando de un buque en tiempos de crisis. El tono con que se habla es fundamental. Entonces, si entra Piñera un día enfurecido contra un enemigo que no conocíamos; al otro día habla de grandes acuerdos cuyas contrapartes no conocíamos; al otro día se toma el acuerdo más importante de la transición, el acuerdo constituyente, y él guardando silencio… Perdóname, pero si fuera tripulación de ese buque iría con susto.
¿Con susto? ¿O se amotinaría?
(Ríe) Habría que ver qué tan grande es el buque, y las condiciones.
¿Cómo podría zafar el gobierno si esta crisis detonó también por discursos de ministros que ofrecieron levantarse más temprano para ahorrar en el Metro o ir a comprar flores?
Veo posibilidades escasas. Hay un problema, además, generacional. Piñera forma parte de la generación de Chicago-gremialistas, como los llamó Jovino Novoa, que creen que ganaron la batalla. El punto es si hoy con ese discurso tan cerril logras encauzar al pueblo. La labor de Piñera, si es viable, se debiera limitar a favorecer el proceso político ya desplegado de lejos, sin oponerse y dando garantías, más que liderarlo.
¿Renunciar al protagonismo?
Lo que uno esperaría de un gobierno con una Presidencia tan fuerte es que hubiera liderado el proceso, pero mejor que Piñera no lo lidere. Estamos frente a un problema peor.
Pero si se repliega preguntarán “¿dónde se metió el Presidente?”.
Sería un acto de profunda generosidad que llegara a una coordinación con sus partidos y ministros y él aparecer tras bambalinas, que es lo que a estas alturas le corresponde. Irse a la segunda fila, confiar en los ministros que mejor le rinden, como Ignacio Briones o Karla Rubilar, y dejarles el poder a los partidos para que negocien el proceso constitucional. Quizás -si hace bien todo eso- su premio será ponerle la firma a la Constitución que nunca quiso. A este hijo que nunca deseó. Creo que es mejor que no hable. Esa es mi recomendación. Que solo actúe.
Eso debilitará más la imagen presidencial.
El problema es que él ya la debilitó.
¿Podrá completar su período?
Que el Presidente pueda terminar es fundamental para la República, para darle continuidad republicana al sistema, y por otra parte, porque una escapada de La Moneda a lo De la Rúa (expresidente argentino) volvería a la derecha inviable por las próximas generaciones. Por eso propongo esta fórmula, fortalecer por la vía del silencio la Presidencia de la República. ●
¿TERMINAR MANDATO? “Una escapada de La Moneda a lo De la Rúa (en Argentina) volvería a la derecha inviable por las próximas generaciones”.
¿QUÉ DEBE HACER PIÑERA? “Irse a la segunda fila, confiar en los ministros que mejor le rinden y dejarles el poder a los partidos para que negocien el proceso constitucional”.