El chileno tras el cómic que inspira la nueva serie de Netflix
El ilustrador Alan Robinson ha trabajado para importantes editoriales y títulos, como Marvel y Star Wars. Entre sus trabajos se cuenta VWars, la historieta en que se basa la apuesta de vampiros que hoy debuta en la plataforma.
La mayoría de los recuerdos que tengo de pequeño son dibujando, leyendo o viendo algún dibujo animado. Recuerdo que en tercero o cuarto básico descubrí las portadas ilustradas de los discos de Iron Maiden y capturaron mi atención”. De esta forma el chileno Alan Robinson (41) rememora, en entrevista con La Tercera, su infancia y los días que, inconscientemente, marcarían su futuro profesional como ilustrador de importantes editoriales de cómics estadounidenses.
Un desarrollo que luego se completó en la Universidad del Bío Bío, donde entró a estudiar Diseño Gráfico con “la firme idea de ser dibujante de cómics”, que tenía desde los 14 años. Esto, asegura, le entregó “herramientas invaluables en la parte gráfica y en el área de la comunicación que me son muy útiles a la hora de narrar y contar historias mediante imágenes”. Las mismas que años después, y sumando mucha constancia, le abrieron las
puertas al mercado norteamericano y sellos como Marvel, Dark Horse Comics y IDW Publishing.
Así, sumó su firma a historietas de Star Wars (como Legacy y The Old Republic), Back to the future, Terminator y V-Wars, el cómic escrito por el estadounidense Jonathan Maberry –autor bestseller y ganador del premio Bram Stoker-, cuya versión para la pantalla debutará hoy en la plataforma de Netflix. Una serie protagonizada por Ian Somerhalder y Adrian Holmes que convierte en imágenes las viñetas que mostraban una batalla entre humanos y vampiros.
El primero de los 10 capítulos de su primera temporada se inicia cuando el calentamiento global provoca que un virus ancestral sea liberado de su letargo en hielos eternos y comience a infectar a la población, transformándolos en vampiros. El primer humano en contraer el denominado V-Virus es Michael Fayne (Holmes), quien de ser el denominado “paciente 0” se transforma en el líder del grupo de
“Es una historia con muchos niveles, muy entretenida y contingente”. ALAN ROBINSON ILUSTRADOR CHILENO
asesinos que quiere dominar el mundo. Del otro lado se ubica el Dr. Swann (Somerhalder), el científico que busca una cura para la plaga y, además, el mejor amigo de Fayne.
Aunque vive y trabaja en Concepción, Robinson ha estado al tanto del debut de V-Wars en Netflix y cree que su llegada a este servicio es un salto gigantesco para el título del que fue una parte esencial. “Si bien mucha gente sabía del universo creado por Jonathan (Maberry),
pienso que ahora mucha gente sabrá qué es V-Wars y el potencial que tiene. Es una historia con muchos niveles, muy entretenida y contingente, que creo tendrá una buena recepción”, afirma.
“He leído que Ian (Somerhalder) y el resto del equipo están muy felices y orgullosos del trabajo que se ha hecho en la serie. Lo de Netflix será una adaptación y mezcla los libros y cómics, por lo que será una historia nueva, con matices de lo que ya se ha hecho, lo que me pone muy contento”, agrega sobre lo que ha sabido de la producción. Además, se refiere a si la esencia del VWars original se transformó mucho para llevarlo a la pantalla, afirmando que, según lo que ha visto, “mantiene la esencia y le agrega cosas nuevas que hacen que la historia tenga matices más atractivos aún”.
Sus inicios en el cómic
El primer título de la carrera como ilustrador de Robinson es Lost Squad, que hizo junto a Chris Kirby y fue publicado por Devil's Due
en 2007. A éste llegó tras postear imágenes de su trabajo en internet, como en un foro de una publicación independiente. “(Esto) hizo que varios escritores interesados en trabajar conmigo me contactaran. Entre ellos estaba Chris y su historia fue la que más me llamó la atención. Lost Squad fue una historia corta de ocho páginas, que fue mi primera publicación en Estados Unidos y que después se transformaría en mi primera miniserie, de seis números”, recuerda.
Luego se sumarían sellos como Dark Horse y Marvel, donde ilustró parte de la saga de Star Wars. Acá llegó después de un par de años en cómics independientes en EE.UU. y tras enviar copias de su trabajo a las grandes editoriales norteamericanas, “con el fin de poder entrar en el mainstream con publicaciones quizás más importantes”. Entre ellas se cuenta la editorial IDW, donde se le ofreció hacer el arte de una entonces nueva serie de vampiros llamada V-Wars, que previamente había sido un libro.b