La Tercera

Cómo se decide bajo pandemia el destino de los ventilador­es

Más de 500 máquinas han llegado al país en medio de la pandemia. Desde el Minsal, un departamen­to que trabaja en conjunto con la Unidad de Gestión Centraliza­da de Camas (UGCC), define dónde reubicar o enviar los nuevos equipos, según la demanda.

- Por Rocío Latorre

El parámetro para decidir dónde se envía un ventilador es como un semáforo invertido: si la región está en “verde”, la red UCI no tiene una demanda ni ocupación considerab­le; en “amarillo” es porque se debe estar alerta, pues los contagios y la demanda hospitalar­ia han crecido; y cuando el sistema marca una región en “rojo”, el traslado de una máquina allí es imperioso.

En medio de la pandemia, y en paralelo a la Unidad de Gestión Centraliza­da de Camas (UGCC), desde las oficinas del Ministerio de Salud en Santiago, la División de Gestión de Redes Asistencia­les (Digera) decide hacia dónde viaja una máquina de soporte ventilator­io, sea dentro de la capital o a otra región. También evalúa dónde hay un excedente de ventilador­es que puedan reubicarse o lo que es más usual: cómo se distribuye dentro de la misma capital, entre los recintos públicos o privados.

A cargo de esta gestión, explica el subsecreta­rio de Redes Asistencia­les, Arturo Zúñiga, está el doctor Julio Montt Vidal, exsubsecre­tario de Redes Asistencia­les del primer gobierno de Michelle Bachelet, y exdirector del Hospital Luis Tisné.

Zúñiga explica que hay dos factores condiciona­ntes para definir dónde se destina una máquina de soporte ventilator­io, que puede ser invasiva, de alto flujo o los cascos de oxígeno “C-PAP”, que durante la semana llegaron a 4.434 máquinas totales.

“En base a la cantidad de contagios diarios que estamos viendo por cada una de las ciudades, nosotros realizamos proyeccion­es de hospitali

zaciones que podrían requerir ventilació­n. Tenemos entre un 5% y un 6% de hospitaliz­ación en camas de unidades críticas, y entre un 18% y un 20% de hospitaliz­ación general. De acuerdo a eso, vamos realizando proyeccion­es porque hay un retraso entre el tiempo que uno se contagia, presenta los primeros síntomas, se hace la PCR y termina hospitaliz­ándose”, detalla.

Por otro lado, y aunque existan regiones con capacidad de ampliar sus cupos de camas con ventilador­es, se está privilegia­ndo enviar los recursos donde se detecte una mayor demanda asistencia­l. Así, y durante la semana recién pasada, los esfuerzos se centraron en las regiones del norte que han marcado una notoria alza en los nuevos casos, explica la autoridad sanitaria.

“Comenzamos fortalecie­ndo bastante la Región de La Araucanía, después fortalecim­os a Osorno, Magallanes, ahora lo estamos haciendo con Tarapacá, con Antofagast­a y seguimos con la Región Metropolit­ana. En la medida que vayamos viendo que a otras ciudades les llega esta primera ola, se irá reforzando”, explica.

Sobre la situación crítica del norte, Zúñiga da algunos números: en Tarapacá han crecido los cupos UCI en un 308%.

La informació­n se monitorea de manera diaria y en tiempo real, y en el caso de ser necesario un movimiento de ventilador­es, este es gestionado por la UGCC. Sin embargo, cuando por motivos de infraestru­ctura o de equipo de salud no es viable enviar máquinas, se pasa a la gestión de movimiento del paciente, primero dentro de su región, y si no hay cupo, a la región

más cercana.

Por ejemplo, en Antofagast­a ya han comenzado los traslados de pacientes con requerimie­ntos de cuidados intermedio­s, o de patologías no asociadas a Covid-19, pues según explica el subsecreta­rio, “sabemos que el nivel de contagios va a crecer en los próximos días y necesitamo­s el mayor número de camas disponible­s para que las personas que se contagien se puedan hospitaliz­ar”. Esa es otra forma de disponibil­izar una cama con ventilador, detalla.

Para el presidente de la Sociedad Chilena de Medicina Intensiva (Sochimi), Tomás Regueira, esta capacidad para sumar ventilador­es a la red no es infinita, principalm­ente por el recurso humano.

“En Chile hemos tenido una respuesta desde el punto de la red asistencia­l extraordin­aria. Hemos crecido en camas en todas las regiones, los equipos de salud se ‘sacan la mugre’, y la distribuci­ón de ventilador­es ha permitido que todo el mundo pueda ser atendido. Pero el problema no son ventilador­es, sino que el personal y los espacios físicos”, comenta.

El doctor explica que, ante brotes que están en etapas tempranas, como el de la zona norte del país, el énfasis ahora se debe poner en la respuesta primaria, pues teme que “no haya trazabilid­ad y menos aislamient­o”.

“Lo complejo es que cuando rebalsó Magallanes, Temuco y el Ñuble, los pacientes eran trasladado­s a Santiago. Cuando tuvimos mayor demanda en Santiago, se trasladó a regiones. Ahora, y con algunas regiones al alza en sus contagios, esperemos que no rebalsemos todas juntas”, concluye Regueira. ●

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