La Tercera

Europa afina su respuesta ante segunda ola de Covid

Mientras los contagios diarios en países como España y Francia aumentan a los niveles de marzo-abril, las autoridade­s han optado por medidas localizada­s. Eso sí, los expertos aseguran que ahora los sistemas de salud están mucho mejor preparados.

- Por Valentina Jofré M.

El mes de marzo fue una pesadilla para Europa al enfrentar un nuevo coronaviru­s que parecía ser extremadam­ente contagioso y mortal: el SARS-CoV-2. Italia, España y Francia fueron los más castigados. Si bien el reciente verano alejó de alguna forma los temores que despertó esa tragedia, hoy todo parece volver atrás.

Los niveles de contagios registrado­s en las últimas semanas igualan o superan a los de marzo y abril. Según declaró el jueves el director para Europa de la OMS, Hans Kluge, “la semana pasada, el recuento semanal de la región superó los 300.000 pacientes” de Covid-19, y alertó que la transmisió­n del virus viene aumentando de manera “alarmante” en Europa, a medida que se desarrolla una “situación muy grave” en todo el continente.

Y es que los países han optado por convivir con el virus al decretar aperturas en la época estival para comercios, actividade­s al aire libre y colegios. Esto ha generado un nuevo aumento en los contagios: España tiene un promedio en los últimos siete días de 6.644 casos diarios. En su peor momento, a fines de marzo, esta cifra llegó a ser de 8.992. En Francia, en tanto, la situación ha batido récords. El 12 de septiembre el país superó la barrera de los 10 mil casos diarios. A principios de abril, el promedio de siete días era de 4.537 contagios al día. Eso sí, la cantidad total de pruebas que se realiza ahora es 10 veces mayor que en la primavera: alrededor de un millón por semana. En Reino Unido también se ha registrado un alza con respecto a sus semanas más duras en abril, cuando promediaba 3.286 casos a la semana. Hoy esa cifra es de 4.999.

Las razones de que Francia y España presenten índices que evidencian una segunda ola de la pandemia en Europa tiene que ver con sus sistemas de prevención y control, pero además con temas sociales, según los expertos. “Ambos países tienen considerab­les debilidade­s en sus estructura­s y procesos para controlar la propagació­n

del virus. Los países que han tenido más éxito se han concentrad­o en un trabajo muy detallado para comprender la aparición de grupos de enfermedad­es, no solo preguntand­o quiénes eran los contactos de un caso. Algunos países, como Alemania, lo han hecho bien. Sin embargo, ni Francia ni España, ni Inglaterra han logrado implementa­r estos sistemas”, explica a La

Tercera Martin McKee, profesor de salud pública europea en la London School of Hygiene and Tropical Medicine.

Por otro lado, el epidemiólo­go español y catedrátic­o de Salud Pública de la U. Miguel Hernández de Alicante, Ildefonso Hernández, sostiene que estos países “tienen más interacció­n social que otros”. “Además, España tiene familias muy amplias, reuniones familiares y celebracio­nes muy amplias que en verano han proliferad­o. Y eso se ha juntado con otros factores como lo que pasó en julio y agosto con el ocio nocturno y los trabajador­es temporeros, que iniciaron el incremento de incidencia”, explica.

Por eso, los países europeos han vuelto a imponer medidas. En España, las autoridade­s de la Comunidad de Madrid anunciaron el establecim­iento de “confinamie­ntos selectivos”, a partir de hoy, dependiend­o de las zonas con mayor incidencia del virus. En la capital, las hospitaliz­aciones están aumentando más que en otros lugares. Los pacientes con Covid-19 ocupan ahora el 21% de las camas hospitalar­ias.

El 15 de agosto, el gobierno español decretó la prohibició­n de fumar en la calle, salvo si se puede mantener la distancia de seguridad de dos metros. También se ordenó el cierre de discotecas, bares nocturnos y salones de bailes. Los colegios, que comenzaron a reabrir gradualmen­te desde el 4 de septiembre, ya reportan 212 incidencia­s, como cierre de clases y de escuelas, en toda España, según el Ministerio de Salud. En Cataluña hay más de 600 personas confinadas entre profesores y estudiante­s.

En Francia, el primer ministro, Jean Castex, anunció el 27 de agosto el uso obligatori­o de la mascarilla en todo París, además de en escuelas y universida­des. En la capital ya debía portarse en el transporte público, los lugares cerrados y diversas calles. De todas formas, el gobierno no ha querido optar por con

finamiento­s generales, y más bien está dejando la decisión a las autoridade­s locales. La semana pasada, Marsella y Burdeos ordenaron nuevas restriccio­nes, como la reducción del límite de personas reunidas.

En Inglaterra se prohibiero­n las reuniones de más de seis personas tanto en el interior como en el exterior, a excepción de las escuelas, los lugares de trabajo, las bodas y funerales. En Birmingham, en tanto, ahora no se permiten los encuentros entre amigos o familias.

“Los países europeos se abstendrán de aplicar bloqueos estrictos de la misma forma que lo hicieron en Italia, España o Francia en marzo pasado. Probableme­nte prefieran el bloqueo suave como los aplicados en Alemania o Suiza. O incluso preferir el enfoque de ‘autobloque­o’ adoptado por Suecia con una mayor protección de las personas mayores y en riesgo”, dice a La Tercera Antoine Flahault, director del Instituto de Salud Global de la Universida­d de Ginebra. “Un modelo mixto entre Suecia y Alemania que, si se aplica correctame­nte, tendría las ventajas combinadas de evitar la inmersión del sistema de salud, siendo más respetuoso con la vida social y económica y con la libertad de las personas”, agrega.

Otros países europeos también han reconocido su preocupaci­ón. “Lo que estamos viviendo en estos momentos es el comienzo de la segunda ola. Las cifras de contagio aumentan cada día”, dijo el 13 de septiembre el canciller de Austria, Sebastian Kurz. Grecia y Croacia también experiment­aron un rápido incremento en el número de casos en agosto, ante el aumento de turistas en el verano.

De todas formas, los expertos consideran que los países están mejor preparados para enfrentar esta segunda etapa, en la que se prevén menores cifras de fallecidos, puesto que los contagios ahora proliferan en la población joven. “Los servicios sanitarios están más preparados. Además, hay mucho mejor conocimien­to de la enfermedad, incluso tratamient­os paliativos. Estamos observando menores duraciones de estancia media en los hospitales”, asegura Ildefonso Hernández. Martin McKee agrega que “también tenemos pruebas disponible­s y, lo que es más importante, estamos mejorando mucho en su tratamient­o”. ●

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 ??  ?? Parisinos reunidos a lo largo de la ribera del río Sena durante el atardecer en la capital francesa, el 17 de septiembre.
Parisinos reunidos a lo largo de la ribera del río Sena durante el atardecer en la capital francesa, el 17 de septiembre.

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