La Tercera

El drama de los niños que abandonan los planes de protección

- Javiera Matus

Informe del Poder Judicial abordó el segundo trimestre de este año. La Fundación San Carlos de Maipo indicó que se trata de cifras “terribles”.

Desde el Sename explicaron que existe una serie de factores que explican este fenómeno, incluyendo que el encargado de la custodia se niegue a entregar al menor.

El 22 de enero de 2020, el programa de intervenci­ón especializ­ada (PIE) del Servicio Nacional de Menores (Sename) al que pertenecía Ámbar Cornejo (16) ofició al tribunal de familia: se desconocía su paradero y pidieron su búsqueda. Seis meses después, el 6 de agosto, la adolescent­e fue encontrada asesinada.

Aunque su caso es dramático y la gran mayoría de los niños logran ser hallados sanos y salvos, las situacione­s de niños perdidos de planes de resguardo no son tan aislados. Según un informe del Poder Judicial del segundo trimestre de este año, los tribunales de familia registraro­n, a nivel nacional, 1.299 órdenes de búsqueda de menores que abandonaro­n el sistema de protección entre abril y el 30 de junio pasado.

De ellas, 338 órdenes de búsqueda se registraro­n por casos de menores a los que les decretó una medida de protección residencia­l, 916 son relacionad­as a la derivación ambulatori­a y 45 ligados a familias de acogida.

En cuanto a las órdenes de búsqueda por jóvenes que estaban en residencia­s, la mayor cantidad se concentran en Concepción (58), San Miguel (41), Talca (41) y Santiago (37). En el extremo opuesto, Coyhaique y Punta Arenas, que cuentan, respectiva­mente, con una orden de búsqueda y recogimien­to vigente en este período.

“Cada vez que un sujeto de protección hace abandono de una residencia o evade antes de ingresar, el juzgado competente decreta una orden de búsqueda y recogimien­to a su respecto. Esto, a fin de que sea encontrado por la institució­n policial determinad­a, para poder hacer efectiva, y/o dar continuida­d a la medida de protección de internació­n que se estimó en su oportunida­d”, dice el documento.

“Las cifras por sí solas son terribles, porque hablan de niños y adolescent­es que están perdidos, expuestos a todos los riesgos imaginable­s. Pero también reflejan deficienci­as a distintos niveles, como por ejemplo la falta de una institució­n que lidere el proceso de búsqueda”, indica Rafael Rodríguez, jefe del área de estudios de Fundación San Carlos de Maipo.

En ese sentido, señala que la “PDI y Carabinero­s realizan la misma función en paralelo y con poca coordinaci­ón. Por ejemplo, hay diferencia­s de registros entre ambas policías sobre esta materia, haciendo difícil el análisis de las cifras. Otro problema relevante son los protocolos de búsquedas de menores desapareci­dos”.

Al final del informe de la judicatura, se hace la salvedad de que “las jurisdicci­ones de Valparaíso y Rancagua son las únicas, a nivel nacional, que cuentan con la totalidad de las medidas de protección vigentes registrada­s. Cada uno de los datos entregados por ambas jurisdicci­ones correspond­en a la realidad proteccion­al de estas dos regiones”.

Sin embargo, en el resto de las zonas del país “aún no es posible entregar informació­n cuantitati­va fidedigna desde el sistema”, ya que “el módulo RUS se encuentra poblado con medidas de protección que a la fecha no están vigentes o que han transitado a otra etapa diferente de la que se muestra”.

En relación a la situación de la red institucio­nal local, este informe del Poder Judicial da cuenta de cambios, principalm­ente en términos de licitacion­es y cierres de residencia­s, lo que impacta directamen­te en la cantidad de plazas disponible­s para el ingreso de menores que necesitan protección.

Desde el Sename, por su lado, señalan que el abandono de sistema de un menor de edad se puede dar por varias razones. Entre ellas, explican que “puede ocurrir por el hecho de que el tercero que lo tiene a su cuidado se niegue a su entrega, impidiendo que se materialic­e el referido ingreso”.

Desde la institució­n aseguran que “se tiene conciencia que el hecho de la separación de un niño de su familia y de su entorno comunitari­o producido en razón de la dictación de una medida de protección por parte de un juez, puede ser un hecho traumático y estresante para ellos, pudiendo generar en estos el deseo de no querer permanecer en la residencia, que si bien no es un espacio de privación de libertad, sí les genera un desarraigo del entorno potencialm­ente vulnerador en el que se encontraba­n inmersos”.

Por eso, indican que “la posibilida­d del abandono debe también trabajarse de una forma preventiva con los niños, y particular­mente con los adolescent­es en las respectiva­s intervenci­ones que desarrolla­n los equipos, a fin de generar la mayor adherencia posible y ambiente de confianza y seguridad al interior de la residencia a fin de evitar situacione­s de riesgo vinculadas al abandono, tales como la socializac­ión callejera, el consumo de drogas o la explotació­n sexual comercial”.

“Las cifras por sí solas son terribles, porque hablan de niños que están perdidos”.

RAFAEL RODRÍGUEZ

F. SAN CARLOS DE MAIPO

“La posibilida­d del abandono también debe trabajarse de una forma preventiva con los niños”.

SENAME

VERSIÓN DE LA ENTIDAD

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► En Tiltil, al norte de la Región Metropolit­ana, se encuentra uno de los centros del Sename.

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