La Tercera

El día después del plebiscito

- Por Carlos Correa Ingeniero civil industrial, MBA

¿Cómo será ese lunes 26 de octubre, en el amanecer, tras las celebracio­nes y lamentos de la noche del plebiscito en la coalición oficialist­a Chile Vamos y en toda la derecha? Todas las encuestas hasta ahora muestran una ventaja irremontab­le de la opción Apruebo, y por tanto la derecha deberá enfrentars­e a un proceso constituci­onal que no estaba en el cálculo de nadie aquella noche del triunfo electoral del Presidente Piñera.

Tampoco estaba en los cálculos en los primeros días posestalli­do social del 18 de octubre, donde el oficialism­o se debatía entre ver una especie de reclamo economicis­ta o una conspiraci­ón de seres alienígena­s que pretendían destruir todo. También algunos pensaron que la crudeza de la pandemia haría bajar el proceso completo, so temor a contagios y también por el evidente daño que ha sufrido la economía del país y de las personas. Es cierto que ha bajado el interés, pero la mayoría de las personas sigue pensando que el compromiso tomado en noviembre de iniciar un proceso para cambiar la Constituci­ón es irrevocabl­e. Las diatribas del kastismo no han prendido en el oficialism­o, que se ha dividido entre quienes votan Apruebo o Rechazo, pero todos reconocen la legitimida­d del proceso.

Ese día después, si se mantienen los vaticinios de una victoria amplia del Apruebo, podría estar la tentación de algunos de pasar cuentas dentro de los partidos, pues en todos hay opiniones para ambos lados. Pero nada une más a una coalición conservado­ra que la defensa de las institucio­nes, y eso debiera ser la energía del comité político de ese día.

La discusión sobre los dos tercios y la hoja en blanco, que implica escribir una Constituci­ón desde cero, es demasiado riesgosa y será el nuevo clivaje para la elección de los constituye­ntes. En ese punto no hay dos voces en la derecha, pues nadie quiere una Constituci­ón desde cero y muchos ocupan este argumento para endilgarle la aplanadora a la oposición. Es probable que esa necesidad de defender el statu quo hasta donde se pueda será el pegamento unitario para enfrentar la constituye­nte

En ese sentido, el decálogo del Presidente, aunque no tuvo mucho eco, puede ser un punto de partida. Aunque fue leído por muchos como una especie de punto a favor del Apruebo, y en especial a la tesis de Longueira, se anticipó a la discusión del lunes 26 de octubre. En ese punto el gobierno podrá ordenar las filas, con alguna resistenci­a; pues es complejo para cualquier candidato a un cargo de elección popular aparecer en las fotos con un gobierno con popularida­d menor a un 25%.

Esa mañana podría ser muy tormentosa si el Rechazo gana, algo muy improbable; u obtiene un resultado sobre el 35%, resultado factible si hay una baja participac­ión o la franja del Rechazo logra el objetivo de implantar el temor. En ese escenario, los ánimos reformista­s entrarán en un largo invierno, y José Antonio Kast, con sus huestes, entrará con palas y martillos, con especial predilecci­ón de echar abajo a Lavín y al Presidente. En un escenario así, el líder del Partido Republican­o se alzará sobre todos los unicornios muertos, convirtién­dose en el gran polo de atracción de la derecha. Sorpresiva­mente, para Chile Vamos el mejor negocio político es que gane el Apruebo y aprovechar­se de las dificultad­es para administra­r el triunfo que tendrá la oposición.

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