“Los partidos todavía están pensando en cuánto poder perderán”
¿Cree que haya disponibilidad de los partidos para darles espacio a los independientes en algo tan trascendental?
Ninguna organización quiere ceder poder voluntariamente. Ninguna organización te va a compartir el poder por la buena onda. Por lo tanto, la primera impresión básica de los partidos va a ser decir: “Si usted quiere competir, venga, tóqueme la puerta, y aunque usted corra independiente, corra con mi bandera, corra bajo mis colores, yo aquí le hago un espacio”. Igual pueden correr los independientes dentro de la lista de partidos, pasa siempre eso, pero lo que a los partidos les gustaría sería ellos controlar la válvula de los independientes o sencillamente decirle a los independientes que vayan y armen sus listas. Pero, como ya sabemos, los requisitos que se pusieron para que los independientes compitan de igual a igual en listas contra los partidos son incluso más altos que los que se te exigen para constituir partidos políticos.
¿Cómo se puede avanzar?
Tienen que ser capaces de poner una mesa lo suficientemente amplia donde quepan muchos y muchas, para que una vez que lleguemos a la constituyente la ciudadanía perciba que esta no es otra vez un tongo, una cocina donde se juntaron cuatro o cinco partidos.
¿Cree que haya alguna razón por la cual hasta ahora el Congreso no haya hecho modificaciones para la participación de independientes?
Mi impresión es que los partidos todavía están pensando en cuánto poder perderán. Si bajan las barreras para los independientes, obviamente los partidos van a ceder un poco de poder, porque van a quedar fuera algunos de los suyos y van a quedar adentro algunos de los independientes. Y así deben hacerlo. Y segundo, también tienen razón en el sentido de que las democracias son con partidos. Lo que creo que está fallando es el razonamiento estratégico, la inteligencia política. Porque finalmente, por no ceder poder y por reivindicar la idea de que la democracia tiene que ser principalmente a través de partidos, vamos a tener una convención constituyente con puros militantes de partidos. La gente la va a percibir como no legítima o no tan legítima como podría haber sido con otras condiciones. Y el producto que salga de ahí, la nueva Constitución, no va a tener todas las propiedades que podría tener si se hubiese hecho con mayor diversidad. Entonces, para mí es un problema de miopía estratégica, un problema de poca inteligencia política.b