La asesora de confianza del exministro en la mira de la fiscalía
La exjefa de gabinete, Itziar Linazasoro, figura como imputada en la investigación que tiene a Mañalich de vuelta al centro de la polémica. Aún no ha declarado. Es extremadamente fiel al médico y goza de su confianza, pero no dejó el Minsal tras su caída.
Cuando su jefe, Jaime Mañalich, tuvo que salir de su cargo el 13 de junio, la enfermera de la Universidad Católica Itziar Linazasoro Huerta (42) debió cesar como su jefa de gabinete, cerrando de golpe un crítico ciclo, el que contó con su extrema confianza.
Qué ha sido de sus pasos laborales, qué funciones ha desempeñado todo este tiempo, son preguntas que hasta el momento de publicar esta nota no han hallado respuesta. El mismo registro de Transparencia dice que su contrata expiró el 11 de agosto.
Poco más de tres meses después de la caída de Mañalich, Linazasoro figura ahora como imputada en la investigación que lleva a cabo el Ministerio Público que busca dilucidar el manejo de la pandemia bajo la administración del nefrólogo. La confianza mutua la tuvo durante los meses más crudos del virus dentro del reservado anillo con que el ministro conducía la crisis. Era ella quien llenaba de datos las presentaciones en Power Point que acompañaban los balances matinales. Y mientras la defensa del médico alega que ha habido “filtraciones” de testimonios, algunos de los que han circulado aluden y describen el rol que tuvo la profesional en todo esto.
Hasta ahora, Linazasoro no cuenta con abogado, pero cuando se le cite a declarar deberá tener un defensor para enfrentar este proceso judicial. De momento, no ficharía a Gabriel Zaliasnik, que representa al ministro. Pero en la defensa de Mañalich creen que cuando la enfermera atestigüe, será una potente contraofensiva que -esperandesvirtúe los flancos contra el exministro. En La Moneda, algunos cercanos al Presidente miran esto con interés: leen que las declaraciones de la exjefa de Epidemiología y hoy jefa de División de Planificación de Salud (Diplas), Johanna Acevedo, describen “bien” el papel que jugó ella.
Pero otras voces sostienen lo contrario: que Acevedo habría “hablado por la herida”, porque estaba ya cuestionada en su labor y que por eso la reemplazaron por Rafael Araos. Esta versión tiene un contrapunto: cercanos a la jefa de Diplas dicen que su redestinación fue un ascenso y no una degradación y que no tiene problemas con su sucesor en Epidemiología, porque son cercanos y porque ella lo llevó al Minsal. Los dos comparten oficina.
Por qué la investiga la fiscalía
Cuando el juez Darwin Bratti, del Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago, decidió visar la petición que le había hecho el fiscal de Alta Complejidad Marcelo Carrasco para allanar el Ministerio de Salud e incautar sus servidores, internos y externos, los correos de Mañalich y de la actual subsecretaria Paula Daza, venía, además, la petición de ordenar dicha medida intrusiva en contra de Linazasoro, un personaje desconocido. Para ello debió estudiar los antecedentes con los que contaba el Ministerio Público para dirigir una pesquisa de este tipo en contra de ella.
Para que su calidad en esta investigación pasara a la de imputada resultaron claves las menciones que hace Johanna Acevedo.
La profesional instala a la jefa de gabinete de Mañalich como una mujer de confianza del secretario de Estado y que participaba en las estrategias sanitarias y comunicacionales que el Minsal entregaba en sus reportes sobre la pandemia. Si había alguien que podía tener conocimiento de esta eventual brecha -que denuncia Acevedo- entre las cifras de fallecidos y contagios expuestas en el reporte oficial era ella.
“Desde el 2 de marzo levantamos una plataforma para realizar la notificación de los casos sospechosos de Covid-19. La fuente de información de casos notificados y sospechosos es Epivigila. Las autoridades, en general, no tienen clave de esta plataforma, pero Mañalich nos pedía remitirle de manera periódica las bases de datos por correo a él y a su jefa de gabinete. Hay dos niveles, la data interna y la data púbica; Mañalich tenía una jefa de gabinete, Itziar Linazasoro, para elaborar la reportería pública diaria”, sostuvo Acevedo ante el fiscal Carrasco.
Asimismo, la mujer apuntó a que había dos componentes o tres, una era la data pública que salía de Epidemiología, que a su juicio “tenía cierta riqueza de información” y que eran los reportes constantes. “Otra son los anuncios diarios de nuevos casos, etc. El ministro definió que la responsable de la reportería pública desde cuando comenzó esto fuera su jefa de gabinete. Desde febrero yo le reportaba diariamente a Itziar los casos nuevos, viajeros, de dónde venían, etc. Luego los casos sospechosos, lo mismo, y después los casos cuando comenzaron”.
La jefa de Diplas, entonces, apuntó a su responsabilidad en la creación de un sistema distinto para organizar la información sobre la pandemia. “El sistema tenía cierto desfase según el ingreso a planillas y requería que los sujetos estuvieran notificados. Ella decidió un sistema paralelo para llevar la información pública, que era llamar por teléfono a la Seremi para que le informara los casos y yo enviaba en paralelo los reportes nuestros”.
Tras exhibir unas planillas al fiscal, Acevedo dice “aquí hay un extracto que muestra lo que se envió de manera constante a la jefa de gabinete, subsecretaria, etc. Número de viajeros, cuántos ingresaron desde China, si fue contactado, localizado, si hay seguimiento activo. Esto fue hasta el 30 de abril, cuando ya había transmisión comunitaria y debíamos focalizar los esfuerzos. La tasa de viajeros con contagio era poca y teníamos muchos contagios, así que se mantuvo la vigilancia de viajeros, con un registro, pero no seguimientos desde esa fecha (...)”.
Sobre los criterios con los que Linazasoro definía la información del reporte diario y si estos eran consultados al consejo asesor, al jefe de Epidemiología o a ella como jefa de Diplas, Acevedo sostuvo que “desconozco sus criterios”. Agregó que “en términos generales eran números similares a los míos y probablemente incluso más actualizados. Después el volumen era demasiado importante y yo creo que se dieron cuenta de que tenían que recurrir a la fuente oficial de la data y nos pidió a nosotros que informáramos”.
Para el Ministerio Público, entonces resulta vital acceder a las comunicaciones que ella tuvo con su jefe, el titular de Salud, pues para el fiscal Carrasco -en su petición para incautar los correos-, “más allá de los cuestionamientos que pueden provenir desde la prensa o desde distintas ONG, lo cierto es que, en este caso, la funcionaria encargada del procesamiento de la información es la que advierte de manera constante que Mañalich y su equipo no toman en consideración los antecedentes de propia elaboración y prefieren otros sin una aparente justificación técnica”.