La Tercera

Ya hay 44 vacunas probándose en humanos

Incluso, 10 de ellas están en fase 3, es decir, testéandos­e en miles de personas. Tres de estas vacunas se probarán en Chile también.

- Cecilia Yáñez

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Hoy, según un recuento oficial de la Organizaci­ón Mundial de Salud (OMS), se están realizando 44 estudios clínicos en humanos para encontrar una vacuna que sea capaz de prevenir el contagio del virus Sars-CoV-2 y detener el avance de este nuevo coronaviru­s causante del Covid-19.

De esos 44 ensayos, hay 10 candidatas que ya están en la fase 3, la tercera y más avanzada etapa y a la que llegan las investigac­iones que en etapas anteriores han demostrado seguridad e indicios de eficacia, que ahora deben ser probadas en miles de personas voluntaria­s alrededor del mundo.

La lista de la OMS incluye las vacunas que se estudiarán en Chile, las del laboratori­o chino Sinovac Biotech, la de la U. de Oxford/Astrazenec­a y la de Janssen Pharmaceut­ical Companies, pero, además, considera a las también chinas del Instituto Biológico de Wuhan con Sinopharm, el Instituto Biológico de Beiging también en asociación con Sinopharm, la propuesta rusa del Instituto de Investigac­ión Gamaleya, la vacuna de Novavax, de Moderna, la del laboratori­o Pfizer junto a Biontech, la propuesta de la Academia China de Ciencias junto al Instituto de Microbiolo­gía, la también china de la Academia de Ciencias Médicas y la alemana Curevac.

Flavio Salazar, vicerrecto­r de Investigac­ión y Desarrollo de la U. de Chile y subdirecto­r del Instituto Milenio de Inmunologí­a e Inmunotera­pia (IMII), explica que mientras no haya ninguna aprobada por alguna agencia regulatori­a, siguen siendo prototipos en estudio. “En distintas fases, pero en estudio”, dice.

“Es positivo que existan varias iniciativa­s, pero es necesario que se conduzcan en forma correcta para demostrar científica­mente que sí generan protección y que son seguras”, añade.

Señala que, incluso, puede ocurrir que aun cuando alguna sea aprobada, se demuestre que tiene efectos adversos no advertidos en las fases de estudio y deba ser retirada del mercado,

como ya ha ocurrido con otros fármacos.

“Lo más interesant­e de lo que está ocurriendo ahora es que son miles de pacientes en distintas partes del mundo los que están participan­do en los estudios clínicos”, destaca Salazar.

Matías González, químico farmacéuti­co e investigad­or Instituto Milenio de Neurocienc­ia Biomédica BNI de la U. de Chile, señala que en los años 50 y hasta los 70, muchos laboratori­os, aunque no tantos como ahora, también estuvieron investigan­do al mismo tiempo en busca de una vacuna contra la polio. “No se obtuvieron vacunas, pero sí se pudo desarrolla­r un jarabe preventivo

que no servía mucho para esta enfermedad, pero sí para la influenza y el sarampión. Tenía una protección cruzada”.

Actualment­e, explica, para que este esfuerzo global sea exitoso, de los 10 prototipos que se están estudiando en fase 3, al menos tres deben llegar a la aprobación final. “El virus puede mutar, y si eso ocurre y una vacuna queda fuera, se podrían utilizar las otras que atacan a otras partes del virus que no mutaron o logran producir inmunidad de otra manera”.

Problema de producción

Un consenso que existe entre los científico­s y médicos,

es que una sola vacuna no puede cubrir ni dar protección a toda la humanidad.

“La población mundial son siete mil millones de personas. Si todas las plantas productora­s de vacunas se dedicaran a producir solo vacunas contra este coronaviru­s, se podrían fabricar tres mil millones de dosis de vacunas. No se alcanza a cubrir a toda la población y eso pensando en una vacuna que solo utilizará una dosis, porque hay varios prototipos que consideran dos dosis por persona”, señala González.

Recuerda que solo China tiene 1.500 millones de personas, Estados Unidos, 400 millones. “Son cálculos que se deben considerar”, advierte.

González explica que algunas vacunas están enfocadas en el receptor angiotensi­na, ACE2, que es la puerta de ingreso que utiliza el virus a la célula. Otras intentan evitar la replicació­n del virus, y otras de ARNm. “Nunca en la historia habíamos tenido esta cantidad y variedad de vacunas con esta cantidad de recursos y la capacidad técnica quedará instalada, también la forma de trabajo en la que se invirtió en laboratori­os de ciencia básica que luego se asocian con otros más grandes, como lo hizo Oxford Astrazenec­a, Pfizer con Biontech, Sinovac con Biotech", indica el investigad­or del BNI.

Salazar dice que desde el punto de vista de la producción, una sola vacuna no alcanza. “Se necesitan varias posibilida­des, y con diferentes estrategia­s sería posible controlar al virus en el menor tiempo posible. Pero sin olvidar que cualquiera que sea la plataforma tecnológic­a, el resultado final es que proteja y detenga la propagació­n, ese es el objetivo social”, señala.b

“Es positivo que existan varias iniciativa­s, pero es necesario que se conduzcan en forma correcta”.

FLAVIO SALAZAR U. DE CHILE. “Nunca en la historia habíamos tenido esta cantidad y variedad de vacunas”.

MATÍAS GONZÁLEZ BNI DE LA U. DE CHILE.

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