La Tercera

¿ME-O busca una cuarta candidatur­a presidenci­al?

En Unidad Constituye­nte reconocen que solo lo apoyarían si gana en una eventual primaria, aunque dicen que sus problemas judiciales podrían mermar sus opciones.

- Por F. Cáceres e I. Caro

“Si para la unidad es necesario que me ponga un overol, un short, un traje de baño y que sea el menor soldado al mayor comandante, estoy disponible para lo que haga falta”. Esa fue la respuesta que dio el excandidat­o presidenci­al del PRO Marco Enríquez-Ominami a principios de octubre respecto de la posibilida­d de una cuarta aventura presidenci­al en 2021.

El tema lo ha abordado en diferentes ocasiones, públicas y privadas, desde que volvió a tiempo completo a Chile para entrar de lleno en la campaña por el plebiscito y enfrentar sus casos judiciales. De hecho, según dicen en el PRO, en más de una oportunida­d el presidente de esa colectivid­ad, Camilo Lagos, y los militantes de la tienda, le han preguntado al exdiputado si estaría disponible para asumir una vez más el desafío.

Sin embargo, la respuesta de ME-O, dicen las mismas fuentes, siempre es la misma: que hoy deben enfocarse en el Apruebo y en conseguir la unidad de la centroizqu­ierda. Pese a esto, en el PRO tienen claridad de que una cuarta carrera a La Moneda no es “descartabl­e”, pero son enfáticos en que la única forma de “evaluar seriamente” el tema es si se alcanza la “unidad” del sector y si existe la disposició­n del resto de la oposición de apoyar su candidatur­a.

Y ese objetivo, ME-O no lo tiene fácil. En el resto de la colectivid­ades de la Unidad Constituye­nte -la coordinaci­ón que conformaro­n junto a la DC, el PS, el PPD, el PR y Ciudadanos luego de las fallidas negociacio­nes de la oposición para las primarias municipale­s y de gobernador­es regionales­no ha pasado desapercib­ido el hecho de que el exdiputado socialista jugara un rol para que su colectivid­ad se uniera a ese pacto, pese a las duras críticas que lanzó a la Concertaci­ón luego de que se alejara de ese sector para sus primeras candidatur­as.

“La Concertaci­ón cumplió su ciclo”, dijo el excandidat­o en noviembre de 2010, a un año de su primera campaña presidenci­al, en la que logró cerca del 20% de los votos. En esa ocasión, el eje central de su discurso fue rebelarse contra ese legado y alzarse como una alternativ­a a la política de “en la medida de lo posible” y a los partidos tradiciona­les. Esto, pese a que militó en el PS por casi 20 años.

Asimismo, en la oposición no olvidan que hasta antes de entrar

en una “cruzada” por la unidad, el excandidat­o disparaba contra la ex Nueva Mayoría y el Frente Amplio. “Veo una Nueva Mayoría que está completame­nte enamorada del Frente Amplio, yo no, y que quiere ser el FA. Yo no los encuentro ni jóvenes ni revolucion­arios al FA, pero la NM se muere de ganas de ser como ellos, entonces sufre”, señaló el exabandera­do en Radio Duna,

en 2018.

Así, en el resto del sector no tienen dudas de que la intención final del excandidat­o es buscar convertirs­e en el abanderado de la centroizqu­ierda, de hecho, varias de las figuras del bloque lo han nombrado en las últimas semanas como una alternativ­a, pero aseguran que solo lo apoyarían si es que logra imponerse en una primaria.

En ese sentido, en sectores de la Unidad Constituye­nte sostienen que en sus bases no habría una buena opinión del excandidat­o y afirman que no se podrían obviar los problemas judiciales que ha tenido ME-O al verse implicado en casos de financiami­ento irregular de la política. Ese tema, dicen las mismas fuentes, podría afectar sus posibilida­des de imponerse en una eventual primaria, aunque dicen también que él ha asegurado que esos temas terminarán superándos­e.

El exabandera­do presidenci­al se encuentra a la espera del juicio oral por el caso OAS, en el que se defenderá de la imputación por fraude de subvencion­es. Esto, luego de que su administra­dor electoral no presentó como gasto de campaña ante el Servicio Electoral el uso de un avión facilitado por la constructo­ra brasileña en 2013, aunque se ha manifestad­o que esto no tiene condición delictiva. Asimismo, fue formalizad­o como facilitado­r de la emisión, según la fiscalía, de 36 facturas ideológica­mente falsas a SQM Salar y otras dos a Soquimich por un monto cercano a los 420 millones de pesos, donde se mantiene vigente la acusación y se encuentra en etapa de preparació­n de juicio oral.

Además, esa materia también le hizo pagar costos a su partido, quienes terminaron aislados del resto de la centroizqu­ierda para la última elección de diputados. En esos comicios, la colectivid­ad solo logró que la diputada Marisela Santibáñez entrara al Congreso, quien finalmente terminó renunciand­o al PRO y uniéndose al Partido Comunista.

Pese a todo esto, en el PRO dicen que para lograr el objetivo de la unidad del sector, la nueva coordinaci­ón de la Unidad Constituye­nte será fundamenta­l. En ese sentido, en la colectivid­ad sostienen que ese pacto podría convertirs­e en el “pilar” de la nueva coalición que le dé gobernabil­idad al país.

Desde el PRO, sin embargo, no esconden sus intencione­s de que ME-O sea el abanderado, aunque aseguran que hoy no existe un “diseño” para catapultar una posible candidatur­a. “Marco sería un candidato presidenci­al excepciona­l y sería todavía un mejor Presidente. Pero nuestro objetivo ahora es construir unidad para el 25 de octubre y para lo que viene después”, sostiene el timonel de la colectivid­ad, Camilo Lagos. Asimismo, recuerdan que es una de las figuras con mayor conocimien­to del sector. ●

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