La Tercera

El cierre de comedores sociales alerta a Venezuela

El gobierno de Nicolás Maduro allanó y congeló las cuentas de la organizaci­ón Alimenta la Solidarida­d, que hasta hace una semana aseguraba al menos un plato de comida diaria a más de 25 mil niños beneficiar­ios.

- Por Fernanda Rojas

Más de 25 mil niños y personas de sectores vulnerable­s de Venezuela recibieron hasta la semana pasada al menos un plato de comida de los ocho millones que ha entregado la organizaci­ón Alimenta la Solidarida­d. El alza de precios, la escasez de alimentos y la crisis política generó el ambiente propicio para que, según Oxfam, el país superara las más de 9,3 millones de personas en hambruna. A pesar de la emergencia, algunas ONG ahora enfrentan una verdadera persecució­n del gobierno de Nicolás Maduro, que amenaza con paralizar las ayudas externas.

Las primeras denuncias llegaron el 24 de noviembre, cuando una casa de Caracas, que sirvió como uno de los 239 comedores sociales que Alimenta la Solidarida­d administra desde hace cuatro años en 14 estados del país, fue registrada por la Policía Nacional Contra la Corrupción. Horas después, la Superinten­dencia de Bancos y Otras Institucio­nes Financiera­s congeló todas las cuentas donde la ONG recibía aportes internacio­nales, acusando que el dinero buscaba financiar una “subversión política”.

La fundación es un puente del programa humanitari­o de Naciones Unidas, recibió aportes de la UE y del Vaticano. Además, es el “socio regional” de la organizaci­ón benéfica Save the Children, que hasta 2018 fue presidida por Jill Biden, la futura primera dama de EE.UU.

El diario The New York Times señala que durante los dos últimos años recolectar­on testimonio­s que revelaron que la organizaci­ón entregaba a menudo la única comida diaria a niños, que muchas veces dejaban parte del plato para poder compartir el resto con la familia en sus casas.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Condicione­s de Vida, realizada por las principale­s universida­des del país, solo un 4% de los venezolano­s ganó el año pasado lo suficiente para cubrir sus necesidade­s básicas y menos de uno de cada 10 hogares está completame­nte libre de insegurida­d alimentari­a.

Actualment­e, el fundador de la organizaci­ón, Roberto Patiño, de 32 años, se encuentra escondido, debido a una orden de aprehensió­n en su contra. A pesar de que Patiño es miembro del partido Justicia Primero y colaboró con Henrique Capriles, exgobernad­or del estado de Miranda y uno de los rostros opositores más fuertes, sostiene que su trabajo no tiene tintes ideológico­s.

“No puedo dar declaracio­nes porque estoy escondido de la policía ahora. Estamos presionand­o por la

vía diplomátic­a para que retrocedan (en la decisión). Organizaci­ones venezolana­s y personalid­ades firmarán una carta pública para António Guterres, secretario general de Naciones Unidas”, señaló Patiño en conversaci­ón con La Tercera.

El temor ha hecho que ningún miembro del equipo de Alimenta la Solidarida­d hable con la prensa por posibles represalia­s judiciales. En tanto, aseguran que solo esperan volver a seguir funcionand­o, ya que al no tener acceso a sus

cuentas no pueden comprar comida, lo que deja en desamparo a cientos de familias.

“Son ollas comunes por barrios dirigidas a los niños. El objetivo es asegurar que los menores tengan al menos una comida diaria. Alguien presta una casa, ponen platos de plástico y los padres cocinan con las donaciones para los menores. El hambre en Venezuela lo ves en la calle y ahora es peor porque todo es en dólares. En el sector de Sabana Grande, en Caracas, después

de las seis de la tarde vas a ver a la gente buscando comida en los basureros de los pocos restaurant­es que quedan”, señala a este medio Juan Diego Montalva, periodista y amigo de Patiño.

El drama venezolano

Mientras unos 5 millones de venezolano­s dejaron el país por la crisis económica, política y social, quienes no pudieron escapar siguen sorteando a diario las dificultad­es.

En 2016, el gobierno impulsó los Comités Locales de Abastecimi­ento y Producción (CLAP), que una vez al mes reparten comida y beneficios siempre que las personas tengan una Tarjeta de la Patria, que según la prensa local es utilizada para realizar un seguimient­o de la participac­ión electoral y que acumula una serie de críticas por deficienci­as.

De acuerdo con la Organizaci­ón de Naciones Unidas para la Alimentaci­ón y la Agricultur­a, FAO, los niveles de nutrición de los niños venezolano­s son comparable­s con los alcanzados por los países más pobres del planeta. Así, denuncian que cada vez son más los venezolano­s que “reducen la cantidad y calidad de su comida”.

Según el último reporte de la FAO, en la región el costo de una dieta energética mínima es de US$ 1,6 diarios por persona y el de una dieta saludable alcanza a US$ 3,98. En tanto, la Comisión de Finanzas del Parlamento venezolano aseguró que la canasta de alimentos tiene un valor de US$ 211, mientras el sueldo mínimo es de 400 mil bolívares, o sea, menos de US$ 1. ●

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► Dos mujeres miran un acto de campaña del hijo de Nicolás Maduro en La Guaira, el domingo.

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