China llega a la Luna y se alista para traer muestras de regreso a la Tierra
Por primera vez en más de 40 años, una sonda intentará traer de regreso muestras de rocas lunares, un hito que no ocurre desde 1976, y que prueba el crecimiento del programa espacial chino.
China logró ayer un importante hito en su ambiciosa misión de competir con las agencias rusa (Roscosmos) y la estadounidense (Nasa) en el área espacial, tras aterrizar con éxito en la superficie lunar con el módulo Chang’e 5, que tiene por objetivo traer muestras a la Tierra, algo que ninguna misión ha hecho desde 1976.
El vehículo de alunizaje y ascenso lunar descendió cerca de Mons Rümker, una montaña en la región Oceanus Procellarum (Océano de Tormentas) pasado el mediodía, hora chilena, después de desprenderse de su nave nodriza u orbitador.
“Justo ahora, la nave Chang’e 5 aterrizó con éxito en la zona preseleccionada”, informó la agencia de noticias china Xinhua, en medio de un secretismo que no involucró ningún tipo de transmisión en línea, y que sólo se dio a conocer tras el éxito inicial de la misión.
El módulo Chang’e 5, última sonda del programa Moon de China, que lleva el nombre de una diosa de la Luna y comenzó en 2007, es hasta el momento la misión más ambiciosa del país al satélite natural de la Tierra. La sonda se lanzó el 23 de noviembre y alcanzó la órbita lunar un par de días después.
Siguiente paso
Lo siguiente es la recolección de hasta 2 kg de material lunar, y la carga en el vehículo que los traerá de retorno a la Tierra. Se espera que esta pequeña nave espacial salga de la superficie lunar este jueves para reunirse con el orbitador lunar, y si todo resulta como está planeado, regresar a la órbita terrestre a fines de este mes, luego de lo cual la cápsula de reentrada se separará de las naves espaciales y las muestras aterrizarán en la región de Mongolia Interior.
China tiene actualmente un extenso programa lunar, con siete naves espaciales operando en la Luna o cerca de ella: el módulo de aterrizaje Chang’e-3, el módulo de alunizaje Chang’e-4 y
el rover Yutu-2, el satélite de retransmisión Queqiao, y la actual misión Chang’e 5, La misión se compone de tres módulos: un orbitador lunar; un módulo de alunizaje, que recoge las muestras y es el que regresa a la Tierra con ellas y un vehículo de ascenso que, tras alcanzar la órbita lunar se encuentra y acopla al orbitador. Cada componente debe operar de modo autónomo para lograr el éxito de la misión.
Esta misión es el primer intento de China de traer muestras del satélite. De tener éxito, se convertirá en la primera en traer muestras
lunares de regreso a la Tierra desde la nave espacial rusa, Moon 24, el 18 de agosto de 1976. El programa Apolo de Estados Unidos trajo 382 kg de rocas lunares y suelo a la Tierra, y la ex Unión Soviética recuperó un poco más de 300 g de muestras lunares en tres misiones.
Pero el experimento chino es sólo un pequeño paso dentro de una ruta que tiene a Estados Unidos, Rusia y la Agencia Espacial Europea para seguir explorando la Luna y la posibilidad futura de instalar una base que sirva como un trampolín para llevar astronautas a Marte.
El programa Artemisa es un acuerdo de ocho países que tiene como objetivo el retorno de los humanos a la Luna para 2024 y establecer una base tripulada para 2030, con Reino Unido, Italia, Australia, Canadá, Japón, Luxemburgo, Emiratos Árabes Unidos y EE.UU.
como socios involucrados en el proyecto.
Otro de los planes futuros tiene por nombre Gateway, un acuerdo anunciado a fines de octubre por la Nasa y la Agencia Espacial Europea (ESA), cuyo fin es la construcción de una estación espacial en órbita alrededor de la Luna.b