En Chile solo hay 49 parvularios
U. de Chile y “Los Cotonas Verdes” buscan eliminar estereotipo y aumentar participación de hombres en esta carrera.
“Hay una sociedad morbosa y de mucha desconfianza hacia nuestra labor”.
LUIS VERGARA EDUCADOR DE PÁRVULOS.
Cada vez más mujeres ingresan a la universidad. En 2019 la diferencia entre hombres y mujeres alcanzó 17.187 estudiantes a favor de ellas, según el Consejo de Rectores. Pero aún hay áreas en las que predominan sesgos de género.
En matrícula de pregrado, según el Servicio de Información de Educación Superior del Ministerio de Educación, áreas como educación, salud y servicios sociales concentran un 83,8% y 79,7% de participación femenina, respectivamente.
Para que esa brecha se diluya, no se trata solo de que las mujeres ingresen a las carreras en que su participación es baja. También se requiere que hombres se abran paso en espacios feminizados.
Una de esas carreras es Educación Parvularia. Según datos del Mineduc de 2019, en Chile hay 28.545 mujeres educadoras de párvulos, y otras 57.580 son asistentes y técnicos de párvulos.
¿Y hombres? Las mismas cifras detallan que son muy pocos: hay 27 educadores de párvulos y 22 técnicos y asistentes de párvulos.
Luis Vergara, educador de párvulos, director del Liceo Nuestra Señora de la Paz, en Viña del Mar, y secretario general del colectivo “Los Cotonas Verdes”, red de educadores de párvulos creada en 2019 en Antofagasta, dice que han identificado a 42 educadores de párvulos y ocho en formación.
No es fácil, dice Vergara, desafiar los estereotipos. De los 29 miembros de “Los Cotonas Verdes”, todos han sufrido discriminación. Ninguno pudo ejercer inmediatamente.
Una desconfianza que muchas veces nace de pensar en un hombre como un posible abusador. La respuesta, dice Vergara de “una sociedad morbosa y de mucha desconfianza hacia nuestra labor”.
Vergara recuerda un trabajo en Arica, donde era educador y director, que cuando los apoderados fueron a dejar a los niños el primer día de clases no querían irse de la sala. “No querían dejarlos solos”, cuenta. En reunión de apoderados contó de su formación y capacidades. Pero las preguntas se enfocaron en ¿qué hacía un hombre en un trabajo de mujeres?
“Hoy, teniendo educadores de párvulos reconocidos y que estén en aula, se ha validado un poco al hombre en ese espacio. Pero tenemos que luchar con el prejuicio”, admite.
Para cambiar eso, en la U. de Chile abrieron cupos de género para Educación Parvularia. Leonor Armanet, directora de Pregrado de la U. de Chile, dice que “es fundamental que el proceso de formación pedagógica sea representativo de la sociedad mixta”.
Gracias al Programa de Ingreso Prioritario de Equidad de Género, dos postulantes hombres que queden con los dos mejores puntajes en la lista de espera podrán ingresar. Los requisitos son un puntaje ponderado igual o superior a 600 puntos y estar identificado en Demre y en el Registro Civil como sexo masculino. Los cupos se adjudicarán automáticamente. ●